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En el año 1181, astrónomos chinos y japoneses observaron una estrella nueva en el cielo, o una “estrella invitada”, como por entonces denominaban a las explosiones de supernova. Se mantuvo visible durante unos seis meses y es una de las nueve supernovas históricas registradas en la Vía Láctea, pero la única del último milenio que aún carecía de contrapartida confirmada. Ahora, un equipo científico internacional ha hallado una candidata que encaja con el evento de 1181 y que plantea un escenario poco común

 

Este escenario parece que fue el de una explosión producida por la fusión de dos estrellas enanas blancas.

 

“Las explosiones de supernova pueden producirse con la muerte de estrellas masivas, pero también como resultado de la interacción de un sistema binario de estrellas. Localizar el remanente de supernova, o la estructura nebulosa que resulta de la explosión, resulta fundamental para identificar el tipo de supernova”, apunta Martín A. Guerrero, investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) en España que participa en el trabajo.

 

Hasta ahora, el único candidato a remanente para la supernova de 1181 era el púlsar 3C58, pero un estudio a largo plazo ya había mostrado que este púlsar y su nebulosa asociada tienen una edad de unos siete mil años, una edad incompatible con la estrella invitada de 1181.

 

El nuevo estudio ha hallado una candidata mucho más prometedora en la estrella IRAS 00500+6713, denominada por el equipo científico “la estrella de Parker”, y la nebulosa que la rodea, Pa 30, cuya expansión apunta a un evento explosivo ocurrido hace unos mil años. Además de la coincidencia cronológica, la posición en el cielo de este objeto también es compatible con la que indican los antiguos textos chinos y japoneses.

 

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Imagen de Pa 30 tomada por el telescopio espacial WISE y mostrada en colores falsos. El azul y el verde representan las emisiones con longitud de onda de 11 micrómetros, y el rojo las de 22 micrómetros. Aquí, los niveles de la componente de 22 micrómetros se han ajustado para realzar la estructura con forma anular. (Imagen: NASA / University of Hong Kong)

 

“Esta estrella y su nebulosa han sido propuestas como el resultado de un tipo de supernova muy poco habitual, de tipo Iax, que plantea la fusión de dos estrellas enanas blancas y del que solo se habría registrado otro posible evento en nuestra galaxia. Así, estaríamos no solo ante la resolución del problema del remanente de la supernova de 1181, sino también ante el único ejemplar de supernova de tipo Iax que podemos estudiar en detalle” confirma Martín A. Guerrero (IAA-CSIC).

 

El estudio se titula «The remnant and origin of the historical supernova 1181 AD». Y se ha publicado en la revista académica Astrophysical Journal letters. (Fuente: IAA)

 

 

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