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La perspectiva interseccional puede guiar los mecanismos de prevención, atención y acompañamiento de casos de violencia de género
La interseccionalidad es un dispositivo analítico que permite conjuntar las diferentes experiencias de las variadas formas de opresión. Desde esta perspectiva, no existe una única forma de ser mujer, por tanto, hay una gran diversidad de maneras en las cuales se puede experimentar la violencia de género, expresó Tamara Martinez Ruiz, titular de la Coordinación por la Igualdad de Género en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y agregó que, también permite enfatiza el carácter estructural y simbólico de dicha violencia y la manera en que se desarrolla en diferentes espacios.
La interseccionalidad nace a partir de una trayectoria filosófica del pensamiento feminista negro. En su consolidación, Kimberlé Crenshaw es una figura crucial, pues como abogada logró demostrar las omisiones que se tenían respecto a las múltiples dimensiones de la opresión que experimentaban las mujeres negras ante las leyes, comentó Nancy Lysvet Flores Castillo, investigadora del Instituto Nacional de Geriatría.
Entonces, la interseccionalidad permite vislumbrar la complejidad y el entrelazamiento de las diferentes dimensiones de la vida social. Esto significa que permite analizar cómo viven las mujeres, considerando por ejemplo, las trayectorias en el trabajo doméstico no remunerado, en la maternidad temprana, las trayectorias educativas o la desigualdad en la vejez, mencionó Nancy Flores Castillo.
La interseccionalidad ayuda a identificar las dinámicas en los diversos espacios de la vida social, tales como los hogares, en las áreas laborales, en las escuelas o en las calles, por mencionar algunos. Por ejemplo, desde esta perspectiva se puede estudiar cómo en las universidades públicas, pese a que se replican violencias, también son espacios en donde nacen los movimientos, en donde mujeres se pueden reunir y debatir sobre la violencia que les rodea y cómo enfrentarla, señaló Tamara Martínez.
En el caso mexicano, un fenómeno que debe ser estudiado desde esta perspectiva es el de las personas que están en búsqueda de sus familiares desaparecidos, especialmente madres que se dedican a buscar cualquier rastro de sus seres queridos. En estos casos se pueden identificar los factores que impiden que las instituciones gubernamentales y las autoridades actúen ante las desapariciones, explicó Sandra Lorenzano, directora de Cultura y Comunicación de la Coordinación para la Igualdad de Género de la UNAM.
Ante todas las violencias, el papel de los hombres debe ser abordado ya que son pieza clave en el fenómeno de la violencia sistémica que es inculcada desde su niñez a través de la pedagogía de la crueldad que genera una insensibilidad hacia la violencia, explicó Juan Guillermo Figueroa Perea, académico del Colegio de México.
De esta forma, se debe considerar las responsabilidad que tienen dentro del problema de la violencia, es decir, el tomar acción para desnaturalizar las prácticas y la manera en la convivimos con ella, enfatizó el académico.
En conclusión, la interseccionalidad es una herramienta valiosa que permite analizar los diferentes mecanismos de opresión que atraviesan a las personas, es así como puede guiar y fortalecer los mecanismos de prevención, atención y acompañamiento para las mujeres que se encuentran bajo situaciones de violencia para poder atenderlos y luchar en contra de su réplica y transformar la cultura de violencia, concluyeron los panelistas.
Las anteriores reflexiones se desarrollaron durante la mesa “Género e interseccionalidad. Polifonía reflexiva hacia la erradicación de las violencias” que tuvo lugar el 25 de noviembre de 2022. Esta mesa fue moderada por Miguel Armando López Leyva, investigador y director del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.
Imágenes del evento
Video del evento
Prestadora de servicio social en el Departamento de Difusión del IIS-UNAM
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