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OVIEDO, 28 Ago. (EUROPA PRESS) –

La portavoz parlamentaria de Izquierda Unida, Ángela Vallina, ha planteado este viernes la necesidad de poner en marcha un tributo por estancia turística similar al que existe en Cataluña, Baleares y en más de ciento cincuenta ciudades europeas.

El objetivo, según ha señalado la diputada, «es que Asturias pueda disponer de recursos financieros suplementarios para financiar tanto el incremento de la carga los servicios públicos municipales por el incremento estacional de la población, como la mejora de la calidad ambiental y de los recursos turísticos de nuestra Comunidad Autónoma».

Vallina ha reconocido la importancia del sector turístico y su capacidad de generar riqueza. Sin embargo, el incremento de la presión turística, ha matizado, «puede conllevar problemas de saturación y desbordamiento de los servicios públicos, soportados en buena medida por los ayuntamientos»

La diputada ha explicado, además, que el mantenimiento de la competitividad de la oferta turística está íntimamente ligado a su sostenibilidad: «si no respetamos la capacidad de carga y garantizamos medioambientalmente nuestros recursos naturales, estaremos poniendo en peligro a medio y largo plazo todo el sector, al perder precisamente ese plus diferenciador que hace de Asturias un destino altamente valorado por la calidad de su oferta»

Frente a ello, Vallina ha apostado por medidas que aseguren la sostebilidad. «Creemos que es justo que los que nos visitan también contribuyan con una pequeña cantidad para financiar su protección».

La portavoz parlamentaria ha estimado que la implantación de una tasa turística con una cuantía similar a la de Baleares permitiría recaudar no menos de diez millones de euros, que en un momento de reducción de ingresos pueden ser fundamentales para pagar los sobrecostes que el turismo genera a los ayuntamientos como los proyectos de regeneración medioambiental vinculados a la sobreexplotación turística.

Vallina ha explicado que su implantación no implicaría un impacto negativo para la industria turística de nuestra Comunidad y puso como ejemplo Baleares y Cataluña que, salvo la situación excepcional derivada del COVID-19 han visto año tras año incrementado su número de visitantes a pesar de tener implantada la tasa turística. «Sinceramente, creo que son muchos más los beneficios que los perjuicios: nadie deja de visitar un lugar que merece la pena porque le pongan una tasa turístico medioambiental cuyo coste es mínimo sobre el precio final de su viaje».

Vallina se ha mostrado partidaria de que la tasa se configure como un ingreso fiscal de carácter finalista y ha abogado porque en la distribución de los recursos que se generen se destine un porcentaje directamente a los ayuntamientos, invirtiendo el resto de lo recaudado teniendo en cuenta la opinión de la FAC, para su utilización en proyectos concretos de regeneración ambiental y mejora de los recursos turísticos.

La dirigente de Izquierda Unida de Asturias también se ha mostrado partidaria de mejorar las políticas de ordenación y gestión de la actividad turística evitando situaciones de sobresaturación de espacios turísticos como la que están soportando muchas zonas del oriente de Asturias.

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