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81 años después del fusilamiento de sus familiares en Ciudad Real por parte de las tropas franquistas, Jorge Delgado y Carmen Mancha han podido conocer por primera vez el lugar donde éstos fueron enterrados. En una esquina del cementerio de Piedrabuena, una placa conmemorativa con el nombre de Eladio Mora Bastante, el abuelo de Jorge Delgado, recupera parte de la memoria que aún queda enterrada en fosas comunes. Gracias a diez años de trabajo por parte del proyecto de la UNED ‘Mapas de Memoria’ en Ciudad Real, Delgado por fin sabe lo que le sucedió a su abuelo y recuerda las palabras y el sufrimiento de su abuela mientras tiene la oportunidad de comparar los documentos oficiales de la época.

Otra de las historias rescatadas del olvido es la de la familia de Carmen Mancha, profesora de ESO en Madrid. Su abuelo, Anastasio Godoy, fue fusilado en 1941 y enterrado en la fosa del cementerio municipal de Ciudad Real. Antes de morir, mantuvo correspondencia con su esposa, Benita Lillo. Ahora tanto ella como su nieta se atreven a releer varias de esas cartas entre sus abuelos gracias a este proyecto. “Estoy segura de que si mi madre, que tiene 87 años, ha empezado a hablar es por esta iniciativa”, señala Carmen Mancha.

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