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Analizan el riesgo para el consumo humano de la contaminación del agua subterránea en acuíferos kársticos.

 

Un equipo científico integrado por especialistas de 11 países diferentes está realizando un estudio para cuantificar el riesgo de contaminación del agua subterránea ligado a los procesos de infiltración rápida en los acuíferos kársticos, que son los formados por rocas carbonatadas. El equipo incluye cinco investigadores del Centro de Hidrogeología (CEHI) de la Universidad de Málaga (UMA) en España.

 

Los resultados de esta investigación han sido publicados en la revista académica PNAS (Proceedings of the National Academy of Sciences) bajo el título “Risk of groundwater contamination widely underestimated because of fast flow into aquifers”.

 

Liderados por el profesor Andreas Hartmann, de la Universidad de Friburgo (Alemania), los investigadores han analizado la presencia de varios contaminantes en el agua procedente de numerosos acuíferos kársticos de Europa, norte de África y Oriente Medio y han relacionado los procesos de infiltración rápida con el incremento en la concentración de estas sustancias.

 

Así, alertan de que durante los periodos de lluvias -en los que se produce la recarga de los acuíferos, sobre todo en las que ocurren en otoño- se pueden alcanzar concentraciones de sustancias contaminantes y microorganismos patógenos que superan ampliamente los niveles seguros, con importantes consecuencias para el consumo humano.

 

«Aproximadamente una cuarta parte de la población mundial se abastece de agua procedente de acuíferos kársticos, que debido a su funcionamiento son especialmente vulnerables a la contaminación. La circulación del agua subterránea en este tipo de medios suele ser rápida, lo que favorece la entrada de contaminantes», explica el catedrático de Geodinámica Externa de la UMA Bartolomé Andreo, director del CEHI.

 

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Un investigador sujetando sustancias orgánicas inocuas fluorescentes usadas como técnicas de ensayo para simular la trayectoria que toma una sustancia contaminante. (Foto: UMA)

 

Los investigadores han considerado el pesticida degradable glifosato, un herbicida extensamente utilizado en agricultura, como uno de los ejemplos para demostrar sus resultados. Según las simulaciones realizadas, el rápido transporte del glifosato en el agua subterránea puede hacer que exceda en hasta 19 veces los valores máximos permitidos por la legislación. «El mayor riesgo de contaminación del agua subterránea se da en regiones donde la agricultura depende de fertilizantes y pesticidas degradables», aseguran.

 

En este sentido, el investigador de la UMA Matías Mudarra, otro de los autores de este estudio, insiste en que el riesgo por contaminantes degradables como plaguicidas, productos farmacéuticos o patógenos tiene que ser tenido en cuenta en los estudios, ya que es significativamente mayor de lo que se esperaba, y afecta directamente a la calidad del agua, «un aspecto crucial para su potencial utilización en el abastecimiento», tal y como afirma. (Fuente: UMA)

 

 

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