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En los campamentos saharauis, la crisis provocada por la pandemia COVID-19 ha puesto de manifiesto la importancia del acceso universal y seguro al agua y saneamiento de la población refugiada. Las poblaciones vulnerables deben contar con acceso a agua de calidad y a un saneamiento seguro. Además, los gobiernos deben reforzar la institucionalidad y los mecanismos de financiación para garantizar este derecho humano.

Tras el surgimiento de la pandemia, en los campamentos se establecieron las medidas y restricciones de movilidad para impedir la propagación del virus. No obstante, el equipo del consorcio Alianza por la Solidaridad-Solidaridad Internacional Andalucía obtuvieron las autorizaciones y permisos necesarios por parte del gobierno para continuar prestando la respuesta humanitaria.

Ante este escenario, se han realizado acciones de respuesta para luchar contra los factores de propagación del virus. Se ha adquirido y transportado material de higiene. Además, se han llevado a cabo trabajos de desinfección de lugares públicos como escuelas, mercados, caminos y barrios. Estas tareas se han realizado en coordinación con la oficina de la Dirección General de Protección Civil y Ayuda Humanitaria de la Unión Europea en Algeria – DG-ECHO (que financia las acciones de respuesta ejecutadas por el consorcio), así como con las autoridades y las instituciones responsables presentes en la zona. Con ellas, se busca mitigar y prevenir los impactos de la COVID-19 y proteger los derechos de la población.

Agua potable accesible para más de 90.000 personas

A través del proyecto «Mejora del aprovisionamiento en agua potable de los refugiados saharauis instalados en los campos de Tindouf”, se ha garantizado el suministro continuo de agua potable para cerca de 100.000 personas. Agua de buena calidad y en cantidad suficiente para que la población pueda beber y garantizar su higiene corporal.

En esta primera fase, los trabajos de construcción ya se han realizado en tres zonas. La Dairas de Farsia (en el Campo de Smara), Daira de M’hirize (en el Campo de Smara) y Daira Bir N’zarane (en el campo de Dakhla). Las obras han impactado directamente sobre 28.468 personas refugiadas que viven en estos campos considerados zonas desérticas. La gente que vive allí está expuesta a tormentas de arena y temperaturas de 45°C, que repercuten directamente en unas condiciones de vida ya difíciles.

Este proyecto está financiado por DG ECHO (Dirección General de Protección Civil y Ayuda Humanitaria de la Unión Europea), el ACNUR (Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados) y la Agencia Andaluza de Cooperación al Desarrollo. Se ejecuta a través del consorcio formado por Solidaridad Internacional Andalucía y Alianza por la Solidaridad. Trabajamos con la población y autoridades saharauis en la puesta en marcha de un sistema de aprovisionamiento de agua potable. En total beneficiará a alrededor de 90.000 personas refugiadas, instaladas en los campamentos de Tindouf desde 1976.

Gracias a la coordinación y compromiso de la población, las autoridades saharauis (Ministerio de agua y medioambiente, Ministerio de construcción y Ministerio de cooperación), la Cruz Roja Saharaui y la Dirección de Recursos Hídricos, así como el apoyo y asistencia técnica del equipo de la DG-ECHO en Algeria y expertos en agua y saneamiento, se puede llevar a cabo este proyecto.



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