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Maria Kolesnikova, frente al Parlamento de Bielorrusia, en Minsk, el pasado 22 de agosto.
Maria Kolesnikova, frente al Parlamento de Bielorrusia, en Minsk, el pasado 22 de agosto.Evgeniy Maloletka / AP

Maria Kolesnikova, la líder bielorrusa opositora encarcelada en la ciudad de Zhódino, ha hecho un llamamiento a sus compañeros para que no abandonen la lucha, y ha dado algunos detalles de su vida en prisión en una carta dirigida a su padre. “Diles sin falta que no se rindan, ¡solo adelante!”, escribe Kolesnikova, que el 7 de septiembre fue llevada a la frontera con Ucrania por varios encapuchados que en Minsk la subieron a la fuerza a una camioneta. Pero la operación para obligarla a irse del país la frustró la propia Kolésnikova al romper su pasaporte y no poder ser así expulsada.

Poco después, a través de su abogado, Kolesnikova informó que había sido llevada a la frontera en mitad de la noche por agentes de seguridad, que habían amenazado con expusarla “viva o en trozos” de Bielorrusia. La valentía que demostró en esas circunstancias la ha convertido en una auténtica heroína para los que, a pesar de las represiones, siguen manifestándose cada semana contra el régimen de Alexandr Lukashenko y exigiendo nuevas elecciones.

“Los que me raptaron son personas increíblemente débiles e histéricas. ¡Ni siquiera son capaces de hacer bien su trabajo!”, continúa Kolesnikova en la carta que demoró semana y media en llegar desde Zhódino a Minsk.

Desde entonces Kolesnikova permanece encarcelada, primero en Minsk, y desde el pasado día 12, en Zhódino, una ciudad situada a 50 kilómetros al noreste de la capital. La semana pasada el Comité de Investigaciones de Bielorrusa presentó la acusación oficial contra la dirigente opositora sobre la base del artículo 361.3 del Código Penal -llamamiento a acciones que buscan dañar la seguridad nacional, hecho a través de la prensa e Internet-, un delito que contempla penas de prisión de entre dos y cinco años.

Kolesnikova tranquiliza a sus familiares asegurándoles que ella está bien y que “las condiciones son soportables y los nuevos amigos, magníficos”. El sobre de la carta cuyo contenido reveló el portal bielorruso de noticias tut.by, estaba adornado con corazones rojos y blancos, los colores de la bandera de Bielorrusia que utilizan como emblema los opositores.

Mientras, Aleksandr Lukashenko respondió el jueves a las críticas que se le han hecho por la improvisada ceremonia de investidura de este miércoles. “Unas 2.000 personas, incluyendo a los militares, fueron invitados, lo que es prácticamente imposible de mantener en secreto”, señaló.

“Gritan que no nos reconocen. Pero nosotros no hemos pedido a nadie que reconozcan nuestras elecciones o la legitimidad del presidente electo. Lo principal es que esto [los comicios y la investidura] correspondan a lo que señala la Constitución de nuestro país”, manifestó Lukashenko citado por la agencia gubernamental.

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