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El 25 de junio, el Congreso de la República de Perú aprobó la ley que establece la paridad y alternancia en las listas de candidatas y candidatos en las elecciones del país. Con esta norma, las listas de candidaturas deberán estar compuestas en un 50% por mujeres. Además, serán ubicadas de manera intercalada tanto en las elecciones internas de los partidos, como en las elecciones primarias y en las listas para acceder a cargos de elección popular. Todo ello, a partir de las próximas elecciones a realizarse en 2021. Esto constituye un hecho histórico en la lucha hacia la plena garantía de los derechos de las mujeres y la democracia, y más concretamente, en la lucha por el derecho a la participación política con igualdad y sin discriminación.
Si hablamos de igualdad en la participación política, es fundamental garantizar la paridad como medida legal en lo político electoral, referida a la presencia equilibrada de mujeres y hombres en el ámbito de la representación política. Las mujeres requieren ser parte de la toma de decisiones que afectan sus vidas como ciudadanas que, además, constituyen el 50% de la población. La alternancia es necesaria y no basta con que las listas de los partidos o movimientos políticos tengan el mismo número de hombres y de mujeres. Las mujeres tienen que ocupar lugares elegibles para, así, alcanzar una participación equilibrada, es necesaria una ubicación alternada de mujeres y hombres desde los primeros puestos de las listas de candidaturas. Lo cual ofrecerá mejores condiciones tanto en la oportunidad de postulación como de ser elegidas.
El número de mujeres en cargos político ha aumentado en los últimos años
En América Latina, se ha incrementado el porcentaje de mujeres en cargos políticos por las diversas medidas afirmativas tomadas, pero hay aún una baja participación de ellas en espacios de decisión y existen diversos obstáculos que deben atravesar para formar parte de los sistemas democráticos. Los 3 países de la región con la proporción más equitativa de mujeres y hombres en sus parlamentos son Bolivia, México y Costa Rica, que lo han logrado a través de normas de paridad y alternancia.
En Perú, las mujeres están actualmente en desventaja en número y participación frente a los hombres. Esto, basado en una construcción patriarcal de los roles que desempeñan las mujeres en la sociedad y los espacios tradicionalmente asignados, limita sus posibilidades de ejercicio y disfrute de derechos.
Según un estudio del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI, “Perú: Brechas de Género, 2017”), la participación de las mujeres en el Congreso no superó el 30% en los últimos 3 periodos (el 27,7% para el período de 2016-2021), aunque son porcentajes que incrementaron a raíz de la ley de cuotas. Para el caso de gobiernos locales, en el periodo del 2015 al 2018, las mujeres ocuparon solo el 2,8% de los cargos de alcaldía y el 28,5% de los ocupados en el cargo de regidoras a nivel nacional (INEI).
La mayor parte de mujeres autoridades han sufrido acoso político en Lima Norte
Además, deben a travesar diversas situaciones de acoso político como una de las expresiones del sistema patriarcal imperante. Según el estudio realizado por el Movimiento Manuela Ramos y Alianza por la Solidaridad (2019) sobre acoso político en Lima Norte, el 87% de mujeres autoridades refieren haber sufrido algún tipo de ataque verbal o humillación en el desarrollo de su cargo.
La norma aprobada por el Congreso Peruano constituye un importante avance fruto de las luchas feministas en Perú, dentro de lo cual está la Campaña “Somos la Mitad, Queremos Paridad Sin Acoso”; y reafirma varios desafíos hacia el ejercicio pleno del derecho de las mujeres a la participación política. La llegada de más mujeres a los espacios de decisión sin duda traerá un impacto positivo en el tipo de políticas y contribuirá a acortar las brechas y desigualdades.
Sin embargo, es importante seguir trabajando para eliminar todas las barreras institucionales y culturales aún existentes. Se reafirma la necesidad de luchar contra el sistema patriarcal imperante y contra toda forma de violencia hacia las mujeres incluidas las suscitadas al desempeñar su rol político. Es necesario tomar medidas que permitan avanzar hacia una igualdad real que incluye una de las metas del ODS 5 referida a “asegurar la participación plena y efectiva de las mujeres y la igualdad de oportunidades de liderazgo a todos los niveles decisorios en la vida política, económica y pública”.
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