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El supuesto cuadro de Caravaggio que fue descubierto en una subasta de la casa Ansorena perteneció a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (RABASF) pero fue cambiado por una obra de Alonso Cano a un antepasado de los actuales propietarios, según ha revelado este viernes la institución.
Hoy se ha desvelado que tres herederos de la familia madrileña Pérez de Castro, vinculada al mundo de la cultura y la política, es la dueña del supuesto Caravaggio que iba a salir a subasta hace unas semanas por 1.500 euros.
La Real Academia de San Fernando ha emitido hoy un comunicado en el que asegura que, según la investigación de la doctora Itziar Arana, Coordinadora del Centro de Estudios I+D+I de RABASF, un «caravaggio» denominado «Ecce-Hommo con dos saiones de Carabaggio» perteneció a la institución.
El político Evaristo Pérez de Castro, antepasado de los dueños y académico de Honor de esta Real Academia desde 1800, habría propuesto a la institución en 1823 el cambio de esta obra por otra de su colección, un «San Juan Bautista» de Alonso Cano.
«Evaristo Pérez de Castro, aficionado a las artes y refinado coleccionista, propuso en 1823 a esta corporación la permuta de una obra de su propiedad –de Alonso Cano-, por una obra a elegir entre un listado de cuatro, entre las que se encontraba un «Ecce-Hommo con dos saiones de Carabaggio», señala en un comunicado.
Este cuadro, entonces atribuido a Caravaggio, es casi con seguridad el ejemplar que la familia sacó a subasta hace unas semanas, y que estaba atribuido a un discípulo de José de Ribera.
La junta ordinaria del 16 febrero de 1823 de la Real Academia de San Fernando de Bellas Artes habría aprobado la permuta tal y como consta debidamente documentado en el archivo, señala la misma fuente.
Hoy se ha conocido que los dueños del cuadro, que saltó las alarmas de expertos en el maestro italiano de todo el mundo, están representados por la firma Colnaghi, uno de los anticuarios más importantes del mundo, que desde hace unos años está dirigido por un joven español, Jorge Coll.
El cuadro se declaró inexportable por el Ministerio de Cultura y se especula con que se podría haber intentado vender fuera de España antes de que saliera a subasta.
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