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La premier de Sídney se siente «absolutamente disgustada» por las concentraciones contra las medidas anticoronavirus

SÍDNEY, 25 Jul. (PDA/EP) –

La primer ministro de Nueva Gales del Sur, Gladys Berejiklian, estado de Australia en el que se encuentra Sídney, ha suplicado este domingo a sus habitantes que se vacunen contra la COVID-19 ante el aumento de casos positivos.

A pesar de cuatro semanas de restricciones y extensos cierres en la ciudad, el número de contagios ha aumentado de forma continuada en el suroeste de la ciudad, el epicentro del brote de la contagiosa variante Delta.

El estado ha contabilizado 141 nuevos casos y dos muertes y, aunque prácticamente eliminó el coronavirus de su sociedad el pasado año, ahora este objetivo se ve obstaculizado por el lento proceso de vacunación.

«Durante el brote del Delta, las tasas de vacunación más altas, incluso de la primera dosis, ralentizan la propagación», ha dicho Berejiklian como argumento para instar a la población a que se vacune. «Eso es lo que nos ayudará a superar el brote combinado con las restricciones», ha añadido.

El bajo suministro de la vacuna Pfizer y los consejos contradictorios sobre quién debería recibir la de AstraZeneca han alimentado las dudas sobre la vacuna, y tan solo el 12,8 por ciento de los australianos están completamente vacunados.

Además, en este contexto miles de personas han protagonizado en las últimas horas una de las mayores concentraciones contra las restricciones anticoronavirus impuestas por el Gobierno australiano desde el inicio de la pandemia, en una serie de marchas caracterizadas por algunos enfrentamientos contra la Policía, que se ha visto obligada a intervenir dado que suponían una violación de las normas.

A este respecto, Berejiklian ha manifestado sentirse «absolutamente disgustada» por los miles de manifestantes contra el confinamiento que han quebrantado la norma de quedarse en casa el sábado y se han reunido en Sydney, aunque también se han registrado marchas de las mismas características en Brisbane y Melbourne.

En esta línea, la primer ministro ha dicho que «el tiempo dirá» si las protestas, que en algún momento se han tornado más violentas con incluso enfrentamientos con la Policía, llevarían a más personas infectadas.

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