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La alergia al polen afecta a un sector creciente de la población. Se estima que en España hay ocho millones de personas alérgicas al polen; de ellas, siete son alérgicas al polen de gramíneas.
Las manifestaciones clínicas pueden variar desde síntomas nasales leves hasta un cuadro abigarrado de rinitis, conjuntivitis y asma bronquial.
Esta enfermedad empeora de forma significativa la calidad de vida de quien la padece. Repercute sobre la vida cotidiana y la actividad laboral de los pacientes. El impacto socioeconómico es importante: provoca un aumento del gasto sanitario (visitas al médico, ingresos hospitalarios, mayor consumo de fármacos), la disminución del rendimiento escolar/laboral y, en muchas ocasiones, absentismo.
Aunque la primavera es la temporada de mayor afectación polínica, no hay que olvidar que algunos árboles polinizan en invierno y principios de la primavera, provocando síntomas a las personas que están sensibilizadas a ellos. En estas semanas hay presencia de polen de betuláceas, pino, fresno y ciprés en algunas zonas de Asturias.
El otoño pasado fue más caluroso y seco, en comparación con los años previos. Las precipitaciones acumuladas en el otoño son las que tienen mayor influencia en las especies primaverales, entre las que destacan las gramíneas. Pero no hay que olvidar que el plantago, el platanus acerifolia y el abedul son especies que polinizan en primavera, y su presencia en Asturias también es importante.
El uso de mascarilla y gafas de sol es eficaz para disminuir los síntomas
La disminución de las precipitaciones, la elevación de las temperaturas y el aumento de las horas de luz en las últimas semanas han favorecido el inicio de la floración. En abril, los pacientes presentarán los primeros síntomas. El polen típicamente primaveral se va a distribuir de forma más uniforme en el tiempo, y los picos de concentración van a ser menores.
El inicio de la temporada polínica se va a adelantar y el final se va a retrasar. El pico de concentración de polen también se va a retrasar. Al prolongarse más la estación polínica, los recuentos netos de polen van a ser mayores. Los pacientes presentarán síntomas durante más tiempo, pero la intensidad de los mismos no será mayor que en años previos.
La lluvia durante la primavera favorecerá la disminución de la concentración de polen por efecto lavado, pero esa humedad permitirá un mayor crecimiento de las plantas en los días siguientes.
El viento favorece la dispersión del polen permitiendo que alcance grandes distancias. Los días ventosos después de la lluvia serán los peores para los pacientes alérgicos.
Es importante recordar que la protección mediante el uso de mascarilla y gafas de sol en el exterior constituye una medida eficaz para disminuir la intensidad de los síntomas.
Conviene tener la medicación preparada para que el inicio de la polinosis no pìlle desprevenidas a las personas más vulnerables.
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