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El proceso de formación de una estrella suele conllevar la acumulación de una gran cantidad de gas y polvo a su alrededor, conformando un espeso manto que impide ver al embrión de estrella desde el exterior.

 

La actividad de las protoestrellas puede generar en su entorno algunas señales que delatan lo que está ocurriendo en ese punto del espacio. Pero no es fácil verlas.

 

Por eso ha sido toda una sorpresa vislumbrar estrellas en formación en una zona donde las estructuras delatadoras de la presencia de tales estrellas nunca antes habían sido vistas.

 

La hazaña es obra del telescopio espacial Webb, de la NASA, la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Espacial Canadiense (CSA).

 

La fotografía, tomada por el Webb, muestra un sector en la zona del cúmulo estelar NGC 3324. Las flechas indican flujos de hidrógeno molecular hacia el exterior, huellas delatadoras de la presencia de estrellas en proceso de formación.

 

Aunque el telescopio espacial Hubble captó en su día señales delatadoras de protoestrellas en diversos puntos de este sector, muchos detalles resultan indetectables en luz visible.

 

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(Imagen: NASA / ESA / CSA /  STScI / J. DePasquale (STScI))

 

El Webb, capaz, entre otras cosas, de observar con muy alta resolución en la banda infrarroja del espectro electromagnético, ha conseguido encontrar en ese sector los escondrijos de muchas otras estrellas en formación. (Fuente: NCYT de Amazings)

 

 

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