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Del 12 al 16 de marzo de 2022, sor Lidia Strzelczyk, Consejera Visitadora del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, en nombre de la Madre y del Consejo General, ha ido a Polonia para ser presencia que escucha y camina junto a las hermanas de las dos Inspectorías polacas, comprometidas en la acogida de las personas que huyen de Ucrania. Sor Lidia se ha encontrado con las Directoras  y los Consejos Inspectoriales, que han compartido su trabajo con los refugiados y el proyecto de los próximos pasos. Entrevistada, ha contado su experiencia:

¿Cómo está respondiendo el Instituto FMA?

Ante todo, a través de la Madre y el Consejo, el Instituto en seguida se ha puesto en marcha manteniéndose en contacto con las Comunidades de Ucrania y de los países fronterizos que se han organizado para socorrer a los refugiados, sosteniéndolos y apoyándolos en las necesidades inmediatas con ayudas materiales y económicas.

Desde el inicio de los conflictos, las Inspectorías de Polonia y la de Eslovaquia, han respondido a la emergencia acogiendo a los refugiados con los medios que tenían. Inicialmente, antes de los bombardeos, se trataba de personas que huían para ponerse en un sitio seguro, gente que tenía los parientes o los vecinos que trabajaban en Polonia desde años con un lugar para vivir y un trabajo con que mantenerse. Con el paso de los días, la situación se ha precipitado y ha aumentado el flujo de personas, sobre todo mujeres y niños, con los horrores de la guerra en los ojos.

¿En qué consiste el compromiso de las FMA?

Ante todo, en mantenerse en contacto con las hermanas de la Inspectoría EEG para aportar la ayuda material y económica con que vivir cada día. Hasta ahora ha sido posible llegar a Lviv. Junto a los Salesianos de la Procura de misiones de Varsovia, se preparan los paquetes y se cargan en el camión con el que llegan a las comunidades.

  • En la ayuda a la frontera: desde los primeros días en Przemysl, en Polonia, hay una FMA ucraniana que trabaja en sinergia con las hermanas de otra Congregación, ya que allí nosotras no tenemos casa. Las FMA de la Inspectoría PLA se dirigieron a la otra frontera, alternándose durante dos semanas en atender las primeras necesidades: alimentos, medicinas, mantas, ropa y sábanas limpias, así como la posibilidad de dormir y lavarse en las instalaciones, para luego continuar hacia otros destinos. Aquí las hermanas colaboran mucho con otras organizaciones, con Cáritas, con voluntarios, servicios sociales, la policía, la guardia de fronteras.
  • En la acogida de los refugiados en las Casas: más de la mitad de las Comunidades FMA han acogido a gente sólo de paso, o para poco tiempo. No se sabe cuánto durará aún esta situación. Se pretende dar un poco de soporte psicológico, porque a menudo están bajo shock y necesitan un lugar cálido y lleno de gestos de bondad.
  • Después de la respuesta a las primeras necesidades, se quiere pensar en ayudas en campo psìcológico y educativo, creando grupos de escucha para los adultos e incorporar a los niños en la escuela, en el oratorio y en otras actividades de tiempo libre, para reconstruir una situación de normalidad y ayudarlos a encontrar un poco de serenidad. Otra necesidad es de naturaleza espiritual, por la cual buscan en seguida cerca una iglesia ortodoxa o greco-católica para poderse encontrarse y rezar.

¿Qué prospectivas hay en la misión?

Después de estas semanas tan ajetreadas, empezamos a pensar a largo plazo: acoger significa crear proyectos para personas que no tienen otra oportunidad de tener un lugar donde vivir, ayudarles a encontrar un trabajo, garantizar la atención médica, insertar a los niños, niñas y jóvenes en las escuelas y crear caminos de educación para la paz.

Además de enseñar la lengua polaca para ayudar a los niños y niñas a insertarse, es necesario que las FMA y educadores aprendan también la lengua ucraniana, para hacerse más cercanos a ellos en los momentos informales. Con los animadores se están ya organizando actividades y campos de verano. Además, el VIDES Polonia se está activando para llevar a cabo proyectos para los jóvenes que se hacen disponibles al servicio.

¿Qué signos de esperanza has captado?

Seguramente mucha disponibilidad y apertura por parte de las hermanas y de las familias. Conmueve la respuesta generosa de los jóvenes: son de verdad solidarios y solícitos. Muchos de ellos llegan para echar  una mano aunque sea para algún tiempo en aquello que saben hacer.

Un mensaje final

Pienso que estamos en un kairosun tiempo favorable que el Señor nos ofrece para dar lo mejor de nosotros. Esta situación nos obliga a hacernos “Iglesia en salida” y “Hospital de campaña”, como dice el Papa Francisco. Para nosotros es una escuela de vida. No obstante el drama que estamos viviendo, hay muchas luces  y queremos ser signos de esperanza para los refugiados, para los voluntarios y entre nosotras FMA.

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