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Una investigación reciente ha permitido identificar dos nuevas opciones de tratamiento prometedoras para hombres con cáncer de próstata recurrente. En comparación con el tratamiento estándar actual, ambas opciones ayudaron a los pacientes a vivir más tiempo sin que su enfermedad progresara.
Este estudio, un ensayo clínico internacional de fase 3, lo han dirigido oncólogos del Centro Médico Cedars-Sinai en Estados Unidos.
“Si estos tratamientos son aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos, nuestros resultados cambiarán la práctica médica», dijo el Dr. Stephen Freedland, del Centro Médico Cedars-Sinai y autor principal del estudio. «En el estudio, estas dos nuevas opciones mejoraron la supervivencia libre de metástasis y al mismo tiempo preservaron la calidad de vida”.
La próstata es una glándula del tamaño de una nuez que ayuda a producir semen. El cáncer de próstata, será diagnosticado en 288.300 hombres en Estados Unidos en 2023, según estimaciones de la Sociedad Estadounidense del Cáncer. Para algunos, es posible que el tratamiento nunca sea necesario porque tienen una forma de la enfermedad de crecimiento lento, pero aquellos con cáncer de próstata más agresivo a menudo reciben tratamiento primero con cirugía o radioterapia.
“Desafortunadamente, en aproximadamente un tercio de esos pacientes, el cáncer reaparece antes de 10 años”, comentó Freedland.
Los pacientes con recurrencia agresiva son tratados con terapia de privación de andrógenos (ADT por sus siglas en inglés), también conocida como terapia hormonal, que reduce la producción del paciente de la hormona sexual masculina testosterona. La testosterona ayuda a que las células del cáncer de próstata crezcan y se propaguen, y la terapia hormonal reduce eficazmente los efectos estimulantes del crecimiento. Pero, tal como argumenta Freedland, la ADT tiene dos desventajas: no elimina completamente la testosterona y puede causar muchos efectos secundarios.
“Cuando se realiza ADT, el nivel de testosterona en la sangre se reduce, pero no se elimina por completo”, dijo Freedland. “Y la preocupación es que la testosterona que queda todavía puede ser suficiente para estimular el crecimiento del tumor. Además, a los pacientes no les encanta la idea de tomar hormonas”.
Recreación artística de células cancerosas. (Ilustración: Amazings / NCYT)
En este estudio de 1.068 pacientes con cáncer de próstata de 244 sitios en 17 países, Freedland y sus colegas investigadores probaron dos intervenciones experimentales, una para abordar cada uno de estos problemas.
En el ensayo clínico aleatorizado, un tercio de los pacientes recibieron ADT más un medicamento llamado enzalutamida, que bloquea los efectos de la testosterona. La enzalutamida evita que la testosterona que quede en la sangre estimule el crecimiento de células cancerosas.
Otro tercio de los pacientes recibió enzalutamida sola. Esta opción dependía de que el medicamento bloqueara los efectos de la testosterona aunque los niveles de testosterona en la sangre de los pacientes no se redujeran.
“Queríamos ver si la enzalutamida por sí sola era tan efectiva que no necesitáramos la ADT” dijo Freedland.
El último grupo de pacientes recibió solo ADT, que es el tratamiento estándar actual.
Los investigadores encontraron que la combinación de ADT más enzalutamida reducía el riesgo de metástasis o muerte en un 58% en comparación con la ADT sola. Descubrieron que la enzalutamida sola reducía el riesgo de metástasis o muerte en un 37 % en comparación con la ADT sola. Ambos tratamientos mantuvieron la calidad de vida en relación con el ADT solo.
“Si bien la terapia combinada ofrece una mayor reducción del riesgo, algunos hombres podrían preferir la enzalutamida sola. Hace un buen trabajo en la prevención de la propagación del cáncer o la muerte, con diferentes efectos secundarios que pueden ser más aceptables para algunos hombres”, dijo Freedland.
El siguiente paso es que los fabricantes de enzalutamida soliciten la aprobación de la FDA, de modo que la terapia experimental pueda tener un uso generalizado, afirmó Freedland.
“Optimizar la terapia para pacientes con recurrencia agresiva después de que su cáncer de próstata haya sido tratado inicialmente ha sido una necesidad insatisfecha”, afirmó el Dr. Dan Theodorescu, director de Cedars-Sinai Cancer y presidente distinguido de PHASE ONE. “Los resultados de este ensayo señalan el camino hacia dos opciones que el estudio demostró que eran más efectivas que el estándar de atención actual, brindando a estos pacientes y a sus proveedores de salud la oportunidad de elegir un camino de terapia potencialmente mejorado que mejor satisfaga sus necesidades”.
El estudio se titula “Improved Outcomes with Enzalutamide in Biochemically Recurrent Prostate Cancer”. Y se ha publicado en la revista académica New England Journal of Medicine. (Fuente: Cedars-Sinai Medical Center)
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