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Cuando un joven Vicent Gabarda descubrió en 1985 que en el registro civil de Paterna había unos 25 libros de defunciones por solo tres de nacimientos y otros tantos de matrimonios de los años cuarenta y cincuenta del pasado siglo, apenas se hablaba de memoria histórica. Entonces “el tema no estaba de moda”, recordaba este lunes el historiador. Se puso a investigar y documentó hasta 2.238 fusilados en la localidad valenciana durante la represión franquista, entre el 3 de abril de 1939, dos días después del fin de la Guerra Civil, y la ejecución en 1956 del guerrillero Doroteo Ibáñez. “El 90% de los que murieron entonces en Paterna fue por ejecución de sentencia de pena dictada por los tribunales”, afirma.

Su estudio sirvió entonces para cifrar el horror, remover conciencias y sacar a la luz pública lo que, no obstante, muchos sabían, sospechaban o preferían olvidar: que frente a un largo muro de las afueras de Paterna, a ocho kilómetros de Valencia, en lo que se llamó el “paredón de España”, murió mucha gente de procedencia diversa y que sus restos fueron arrojados a fosas comunes en el cercano cementerio. Solo se han documentado más ejecuciones durante la represión en Madrid.

Ahora, se levantará en el cementerio de Paterna un Memorial de las Víctimas de la represión franquista. Este lunes se firmó el convenio de ejecución y mantenimiento del proyecto entre la consejera de Participación, Transparencia, Cooperación y Calidad Democrática, Rosa Pérez Garijo, de Esquerra Unida, y el alcalde de la localidad, Juan Antonio Sagredo, del PSPV-PSOE.

El nuevo recinto cumplirá dos funciones: alojar los restos exhumados no identificados del cementerio, así como todos aquellos que, habiendo sido exhumados e identificados, sus familiares decidan su reinhumación; y la segunda, servir como centro de interpretación histórica.

Primer esbozo del diseño del Memorial de Paterna.
Primer esbozo del diseño del Memorial de Paterna.

En los últimos siete años, se han abierto más de 20 fosas comunes y se han exhumado cerca de 1.000 restos en Paterna que de momento no han podido ser identificado y están almacenados de manera provisional bajo custodia municipal. “Esta cifra es previsible que vaya en aumento a medida que avancen las exhumaciones. Hasta el momento el porcentaje de identificaciones ha sido bajo, principalmente por incompatibilidad de los familiares o por el estado de degradación del ADN de los restos óseos, así como por las técnicas de extracción empleadas”, señala la consejería.

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En total, en el cementerio de Paterna hay alrededor de 135 fosas comunes donde fueron depositadas las víctimas del paredón de El Terrer, como se conoce a la pinada situada a unos 500 metros del cementerio, y de otros lugares del municipio.

La idea es que el memorial “se convierta en un espacio público en el que se conjugue adecuadamente el respeto hacia las víctimas y la tranquilidad y comodidad para las personas visitantes”. “Constituirá un salto de calidad en la reparación de la memoria democrática y que se convertirá en el centro de interpretación de la historia de España más importante de nuestro país orientado a la dignificación de las víctimas de la represión franquista y sus familias”, manifestó el alcalde.

La Generalitat invertirá un millón de euros en el proyecto, cuya primera fase concluirá a finales de este año, según las previsiones más optimistas. “Visibilizar a las víctimas del franquismo es esencial porque hablamos siempre de memoria, justicia y reparación pero también de garantía de no repetición. Y es importante ahora con el auge de la extrema derecha”, destacó la consejera. El Ayuntamiento cede el suelo y se encargará del mantenimiento.

La consejera Rosa Pérez y el alcalde Juan Antonio Sagredo, en la firma del convenio.
La consejera Rosa Pérez y el alcalde Juan Antonio Sagredo, en la firma del convenio.

El proyecto se está redactando, pero ya se cuenta con un primer esbozo que recoge algunas propuestas de las asociaciones de víctimas. No todas se ponen de acuerdo sobre el destino de los restos, como confirma Carmen Contreras, presidenta de los familiares de la fosa 114, la llamada fosa de la cultura por albergar los restos de algunos dibujantes, periodistas, editores, maestros, profesionales en general. “Hay quien está de acuerdo en que se haga columbario, hay quien prefiere que no, que en el caso de ser identificados, llevárselos con sus familiares. Personalmente, yo estoy de acuerdo con el memorial”, manifiesta la nieta del que fuera concejal en Godella, Juan Manuel Contreras, del partido de Manuel Azaña Izquierda Republicana, fusilado tras 23 días en el cargo.

Matías Alonso, presidente del Grupo para la Recuperación de la Memoria Histórica, espera que pronto se inicien las obras en suelo municipal del nuevo memorial, pero pide también que se repiten los otros espacios más modestos de homenaje y recuerdo a las víctimas que han instalado en el cementerio a lo largo del tiempo.

El alcalde de Paterna ha incidido en que la empresa que gestiona el PAI (Proyecto de Adecuación Urbanística) de El Terrer, el terreno privado donde está ubicado el paredón, se ha mostrado sensible con los planes de respetar el espacio en su proyecto de urbanización del entorno. Además, el enclave ha sido declarado Lugar de la Memoria de la Comunitat Valenciana, de acuerdo con la ley de Memoria democrática y para la convivencia de 2017 por lo que no se puede construir en él.

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