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Un paciente con enfermedad renal es atendido en el Hospital Vall d’Hebron. / r.c.

El tratamiento para personas con sistema inmunológico altamente sensible está en la fase previa a la autorización de la Agencia Europea de Medicamentos

Pacientes en espera de un trasplante de riñón con dificultad de encontrar un donante compatible con su sistema inmunológico, ahora podrán recibir un tratamiento que evita el rechazo del nuevo órgano. La Unidad de Trasplante Renal de Vall d’Hebron, en Cataluña, ha probado un nuevo fármaco llamado Imlifidasa y ha obtenido resultados positivos. Estas personas eran consideradas inoperables, que son casi el 15% de los que están en la lista de espera para un trasplante, porque las defensas atacan en exceso al cuerpo extraño provocando el fracaso de la cirugía.

Los pacientes que padecen una enfermedad renal terminal requieren un trasplante de riñón, que tiene una media de funcionamiento de 15 años. Sin embargo, cuando el sistema inmunológico es altamente sensible, los anticuerpos rechazan el nuevo órgano inmediatamente, incluso estando en el quirófano, por lo que las posibilidades de un procedimiento exitoso es excesivamente baja. Por ello, la investigación, que cuenta con estudios previos llevados a cabo en Estados Unidos y Suecia, ha demostrado que el medicamento es capaz de eliminar de manera transitoria las células que producen los anticuerpos hiperactivos.

El primer paciente

El hospital catalán ha sido el primer centro español, de tres nacionales, en probar el tratamiento que hace parte de un estudio global con 50 pacientes, el paso previo a la aprobación por parte de la EMA. La investigación es promovida por Hansa Biopharma AB, compañía biofarmacéutica sueca. El primer paciente en Vall d’Hebron en participar ha sido un hombre de 54 años que requería diálisis desde hace 38. Después de dos intentos de trasplante fallidos, sus niveles de anticuerpos eran muy elevados, haciendo imposible encontrar un donante compatible. Hace más de tres meses le fue aplicado el fármaco y se realizó la cirugía con éxito. Pese a que continúa en seguimiento, los especialistas consideran que es un resultado positivo porque no ha recurrido a diálisis desde entonces.

«El fármaco nos da una ventaja de cinco a seis días para hacer el trasplante», aclara Oriol Bestard, jefe del Servicio de Nefrología y Trasplante Renal del Hospital Vall d’Hebron. Actúa tan rápido que una hora después de la administración, el paciente ya puede ir a quirófano. Pero, una vez pasado el tiempo, los anticuerpos se vuelven a producir por lo que necesitará un tratamiento inmunosupresor complementario. «Es muy probable que el tiempo de vida útil del órgano en estos pacientes no sea comparable al de aquellos que reciben un riñón compatible, pero puede permitir vivir durante un largo período sin necesidad de diálisis», explica Bestard.

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