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Antonio Resines ha vuelto a la televisión por todo lo alto con Sentimos las molestias, la nueva serie que protagoniza junto a su compañero y amigo Miguel Rellán y donde se enfrentan a las puertas de la tercera edad.

Este estreno llega después de uno de los momentos más duros que ha vivido el actor de 67 años tras estar 48 días hospitalizado a causa de las complicaciones derivadas del coronavirus.

Un tiempo en el que el Antonio ha preocupado a amigos, familiares, compañeros de profesión y miles de seguidores. Y si hay alguien que ha estado a su lado en todo el momento siendo su pilar fundamental, esa ha sido su pareja, Ana Pérez-Lorente.

Ana se convirtió involuntariamente en su portavoz durante todo el tiempo que estuvo ingresado, revelando cómo se encontraba la salud del intérprete en cada momento.

Fue precisamente en plena pandemia cuando la pareja decidió darse el ‘sí, quiero’, concretamente en octubre de 2020. Antonio y Ana ya habían manifestado su deseo de casarse desde que la salud del actor empezó a complicarse en 2015, cuando fue operado de cáncer de colon y poco después sufrió una angina de pecho.

A pesar de que el deseo de la pareja era celebrar esta unión por todo lo alto, debido a las restricciones de las pandemia lo hicieron de una forma muy íntima rodeados de algunos familiares y amigos muy cercanos.

«No se puede considerar ceremonia, ha sido firmar y poco más. Pero ha estado todo muy bien, estamos contentos», reveló Resines, cuya celebración tuvo lugar en una marisquería cercaba a la vivienda de ambos en Madrid.

Se conocieron por casualidad en un semáforo

La historia de cómo se conocieron Antonio Resines y Ana Pérez-Lorente es de lo más curiosa. Ocurrió por casualidad en 1992, cuando se cruzaron en un semáforo mientras Antonio iba acompañado de un amigo, y Ana de una amiga.

«Nos encontramos en un semáforo, ella iba con una amiga, y yo con un amigo. Ellas ligaron con nosotros y fuimos a tomar algo y hasta ahora«, explicó el actor en el programa de Bertín Osborne.

Ana, por su parte, dio más detalles sobre esta historia: «Yo iba con mi amiga y me dijo de repente: ‘Nos siguen’. Así que le dije: ‘Vamos a separarnos, tú vete hacia tu casa y vemos qué hacen’ Y efectivamente nos seguían. Así que me pinté el ojo y los labios por si acaso. Y esa noche quedamos».

Tras esa primera cita, Antonio no se apuntó el teléfono de Ana y no pudieron volver a hablar, hasta que volvieron a encontrarse de nuevo fortuitamente en Sol.

«Le dije ‘¿sabes quién soy?’, y me dijo: ‘Estoy harto de que cada vez que nos encontramos me preguntes eso. Eres Ana’ Y ese sábado me llamó, quedamos y hasta ahora«, explicó ella.

Ana Pérez-Lorente, una reconocida productora audiovisual

Ana Pérez-Lorente Ynzenga tiene 57 años y, al igual que Resines, también trabaja en la industria del cine y del espectáculo. Concretamente, Ana se dedica a la producción, lo que le ha permitido trabajar en alguna ocasión mano a mano con su pareja.

Ambos dirigieron el documental Historias de nuestro cine, cinta por la que recibieron las nominaciones al Premio Goya a mejor película documental, y al Premio Platino a la mejor película documental.

Además, Ana colaboró en las memorias de Antonio Resines, Memorias de un calvo, que publicó en 2007.

Dos rupturas y una reconciliación «en camas separadas»

La relación de Antonio y Ana es una de las más longevas del mundo del espectáculo en España, pero estos 30 años no han sido siempre de lo más idílicos.

La pareja ha tenido varios altibajos en su relación que les ha llevado incluso a romper en dos ocasiones. Sin embargo, tras su última reconciliación supieron que lo suyo era para siempre. Eso sí, durmiendo en camas separadas.

¿El motivo? «Soy asmática y ronco», explicó la propia Ana en el programa Planeta Calleja, asegurando que Resines es muy sensible y le cuesta dormir a su lado. «No soy sensible, soy normal. Lo que pasa es que tenemos la suerte de tener habitaciones separadas. Si lo puedes hacer, es lo mejor», matizó el actor-

Ambos recordaron una anécdota durante un viaje romántico a Córdoba. Cuando llegaron al hotel, los ronquidos de Ana impidieron que Resines conciliara el sueño en toda la noche, hasta que él decidió levantarse y sentarse en la recepción del hotel: «Fíjate cómo sería la cosa».

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