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En pleno Pirineo, y en unas condiciones climáticas muy cambiantes, existen algunos lugares que aún albergan suelos permanentemente helados. Uno de los componentes del paisaje geológico de las montañas activo gracias a ese hielo son los glaciares rocosos. Estos no solo son meros elementos del paisaje formados por enormes derrubios de rocas fragmentadas que caen muy lentamente, sino que son además unos finos geoindicadores capaces de informarnos sobre el impacto del cambio climático en las montañas pirenaicas.

La delicada situación a la que se enfrentan estas formaciones hace de los proyectos de investigación una herramienta muy valiosa a la hora de ponderar evolución de estas masas hielo y sus consecuencias para el equilibrio de los ecosistemas. Y uno de estos estudios llevado a cabo por la bióloga y educadora ambiental Helena Parga y enmarcado en el proyecto Vidas, una iniciativa de la bodega Viñas del Vero destinada a apoyar a quienes trabajan cada día al servicio de la salud del planeta, ha concluido que, a pesar del retroceso de los glaciares en los últimos años, todavía hay motivos para no perder la esperanza. En esencia esta investigación intenta concluir si es posible que el glaciar rocoso del macizo de Cotiella, en pleno corazón del Pirineo oscense, sigue activo.

Medición de la salud del glaciar

«El glaciar oculto de Cotiella», el primer episodio de esta serie, analiza el proyecto de Parga, surgido a partir de la tesis doctoral de Ánchel Belmonte, doctor en geología y coordinador científico del geoparque mundial de la Unesco de Sobrarbe-Pirineos. El movimiento del glaciar será registrado mediante ortofotografías, mientras que los sensores adquiridos por Viñas del Vero harán posible la medición de la temperatura de forma continuada. El equipo, integrado también por el Doctor en Geología e investigador postdoctoral del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC) Mikel Calle, analizará los datos obtenidos para determinar el estado actual del glaciar rocoso.

Con el lanzamiento de «Vidas», acción enmarcada en el plan sostenible de González Byass “5+5 Cuidando el Planeta”, Viñas del Vero pretende reforzar el compromiso por la lucha contra el cambio climático y la conservación del medio ambiente. Por ejemplo, la bodega trabaja desde hace más de una década en la implementación de medidas para reducir al máximo las emisiones de gases de efecto invernadero, y en 2016 presentó un proyecto llamado Life+rewind que contemplaba la instalación de un parque fotovoltaico, una depuradora y una hidrogenera para propulsar un vehículo de uso agrícola. El año pasado inauguró un punto de carga semirrápida para vehículos eléctricos abastecido con la energía sobrante de su parque fotovoltaico. De esta forma, Viñas del Vero se convirtió en la única bodega de España que ofrece cargas de hidrógeno y de suministro eléctrico -ambos con origen renovable- para vehículos tanto de empleados como de visitantes.

Todos los ecosistemas están en peligro y la implicación en la lucha contra el calentamiento global es esencial para conseguir el objetivo de salvar el planeta. Pero además de luchar hay que saber en qué dirección y cómo hacerlo. Y en este aspecto son esenciales investigaciones como la desarrollada por Helena Parga.

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