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Una mujer recibe la tercera dosis en una residencia de Aragón. / EFE

La EMA y el ECDC consideran que no existen datos para aconsejar el segundo pinchazo de refuerzo en el conjunto de la población

Álvaro Soto

La Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) y el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) consideran que es «demasiado pronto» para recomendar una cuarta dosis (segunda de refuerzo) contra la covid-19 para el conjunto de la población.

Por el momento, los dos organismos europeos recomiendan el segundo pinchazo extra solo para los mayores de 80 años tras estudiar los datos sobre el mayor riesgo de enfermedad grave en este grupo de edad y la protección proporcionada por una cuarta dosis.

Pero por debajo de esa franja, aseguran los organismos europeos, «actualmente no hay pruebas claras en la Unión Europea de que la protección de la vacuna contra la enfermedad grave esté disminuyendo sustancialmente en los adultos con sistemas inmunitarios normales de 60 a 79 años y, por lo tanto, no hay pruebas claras que apoyen el uso inmediato de una cuarta dosis».

En cualquier caso, la EMA y el ECDC afirman que seguirán analizando nuevos informes sobre la cuarta dosis. Hasta el momento, los estudios más avanzados se están desarrollando en Israel, donde los mayores de 60 años, el personal sanitario y las personas inmunodeprimidas están recibiendo este pinchazo desde enero. Pero de acuerdo a sus datos, la cuarta dosis solo reduce el riesgo de infección en el corto plazo, durante cuatro semanas, y desaparece por completo a las ocho. Respecto a la protección frente a la enfermedad grave, funciona seis semanas después de la administración de la dosis, aunque los investigadores tienen dudas sobre si esta protección se debe al cuarto pinchazo o al tercero.

En España, 350.000 inmunodeprimidos (personas transplantadas, en tratamiento por cáncer o mayores de 40 años con síndrome de Down) ya están recibiendo la cuarta dosis, pero el Ministerio de Sanidad no se plantea extenderla, por ahora, al conjunto de la población. Otros países, sin embargo, sí aplican este pinchazo a colectivos más amplios: Francia la administra a todos los mayores de 65 años y Alemania, a los mayores de 70 años, a los residentes en geriátricos, a las personas inmunodeprimidas y a los sanitarios.

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