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LA REBELIÓN BIO-LENTA

         No,
no crípticamente,
en ondas de música y dicha perfumada,
salió de su boca el más hermoso no
al inmenso legado de podredumbre heredada a la fuerza,
porque apretaba y hería como zapato monstruoso en su rigidez,
y dividía confundiéndonos, y confundia dividiéndonos.
Tal como se cuenta en los pergaminos por escribir de los orígenes,
Aldo dijo no, y comenzó la rebelión de los símios bio-lentos,
los que se levantan muy tarde señoreando um largo día que
dura casi dos,

los que no responden a las llamadas,
templos que ya no están disponibles
ni responden al mercado y sus monedas,
con paso fuerte de elefantes, cuidadosos  y poderosos en la
no violencia,
paseando un espejo con una pintada a pintalabios que reza:
Tu cara es la cara de Buda.
¡Joder! Joder! ¡ No te lo vas a creer!
Alada tinaja del tesoro, nao de consciencia capitana,
del dragón de vida multiforme
clandestina cabeza que en la insurgencia planea,
oculta en la guarida abisal del Mare Tranquilitatis,
diminuto espacio germen de los sin-ley,
fieramente protegida por pulpos dumbo, y gambas
con peineta de gorgonias
que curiosean entre el despliegue de fichas en el tablero
de la guerra.
Somos los Nagas de todas las aguas como nautilus áureo,
que en el fondo ya no esperan que caigan pollos muertos
bien eviscerados,
en el fondo, en el fondo ni se someten ni se humillan,
y con austeridad siembran la práctica del justo vivir que
no daña,
         bio-lentamente en fuerte cota de malla trenzados los
tiernos afines,
vistiendo coraza cocodrílica repasan su arsenal mágico
bio-mecánico,
en cada uña un rayo con esporas, hifas en el aliento, y
primordios en las heces.
         Atentos, bio-lentos, a crecer en la vida dulce y lentamente,
se trata de sorber sin colmillos todo lo que sea flujo y fluya,
o tejer crisálidas cuando te sientas arquitecto de puertas,
más secreto que mirarle el culo a sus amigas,
atentos a la orden que activa la rebelión,
lentamente,
ahora.

(Daniel Macías)


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