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El mercado laboral en España dejó en junio evidentes signos de enfriamiento. Sigue creando empleo, no lo está destruyendo, si bien lleva varios meses bajando el ritmo y alimentando la incógnita sobre cómo evolucionarán los indicadores laborales durante la segunda mitad del año. Hasta ahora la ocupación ha vivido instalada en un círculo virtuoso, registrando una de las mejoras primaveras, en cuanto a cantidad y calidad de las contrataciones, de su historia.

No obstante, tras esa primavera virtuosa las dudas sobre un invierno complicado se han disparado y este podría empezar ya con los datos de julio. ¿Está el mercado laboral español ante un cambio de cíclo? ¿O el traspies de junio será solo eso y las empresas mantendrán un ritmo de contrataciones alcista en los próximos meses?

¿Hasta qué punto pincha el empleo?

España registró en junio un incremento de 54.000 ocupados respecto al mes de mayo. El comportamiento más flojo de lo esperado en hostelería, agricultura y construcción explica, en parte, que el crecimiento haya sido el más parco desde 2015. El saldo, no obstante, sigue siendo positivo y permite, por la inercia acumulada, batir un nuevo récord de trabajadores en activo, hasta un total de 20,8 millones de cotizantes. Nunca en España había habido tanta gente trabajando al mismo tiempo.

El ciclo de expansión del mercado laboral ha llegado lejos desde el ‘crack’ de la pandemia, no obstante, cada nuevo paso le cuesta más que el anterior. Para ponerlo en perspectiva, en junio del 2022 se crearon el doble de empleos y en 2021 cuatro veces más. El volumen de empleos creados este mes está también por debajo de la media de los cinco años previos al covid.

Una vez aplicado el filtro de los datos desestacionalizados, es decir, restando el componente cíclico que puede sesgar la comparativa, el dato final es peor. Según esta, en junio se perdieron 20.119 ocupados, lastrados por la mala evolución que muestran la construcción y los servicios de alojamiento. Es el primer número rojo en 12 meses.

Históricamente las segundas mitades del año suelen ser peores que las primeras. En 2022, en los primeros seis meses se ganaron 523.418 ocupados, mientras que en la segunda se perdieron 52.058.

¿Cómo evoluciona el paro?

El paro, por su parte, registró un nuevo descenso de 50.268 personas, hasta un total de 2,68 millones de desempleados en toda España. Es el dato más bajo de los últimos 15 años, pero sigue siendo una de las tasas más elevadas de toda la Unión Europea, según los datos publicados este martes por los ministerios de Trabajo y Seguridad Social. No obstante, el ritmo de descenso ha bajado, pues lo habitual antes del covid era que el paro bajara sustancialmente más. La media 2014-2019 era de unas 103.494 personas.

¿Seguirá bajando el desempleo en el segundo semestre o repuntará? Dependerá de varios factores, si bien históricamente el segundo semestre suele ser peor que el primero. En 2019, antes del covid, el paro subió en 147.919 personas en la segunda mitad del año y bajó en 186.611 personas en la primera. En 2022, esa relación fue de -42.929 parados en la segunda mitad y -225.323 parados en la primera.

La evolución de las contrataciones será clave. Parte de la desaceleración puede explicarse por la mejora en la estabilidad del empleo. Es decir, al haber más contratos indefinidos, el peso de los temporales ha bajado y ello hace la evolución de las contrataciones más explosiva. Baja menos en periodos de crisis y sube menos en épocas de bonanza.

El creciente peso de los fijos discontinuos, que cuando dejan de estar activos no computan como ocupados pero tampoco como parados, también puede tener su efecto a futuro. Y traducirse en que bajen los afiliados en alta durante la segunda parte del año, pero no así el desempleo.

También influirá en los datos del paro las expectativas, ya que a mejor percepción de la economía y mayor probabilidad percibida de encontrar un trabajo, más gente que ahora mismo ni lo intenta irá a apuntarse a las listas del paro. Y ello aflorará nuevos desempleados en la estadística. De la misma manera, si las expectativas son malas, gente que podría apuntarse puede no hacerlo y amortiguar, en parte, el aumento de las cifras de desempleo.

 ¿Y los autónomos?

El colectivo de trabajadores autónomos ha registrado una primera mitad del 2023 prácticamente en plano. Arrancó enero con una pérdida de efectivos y a partir de entonces se ha ido anotando tímidos aumentos. Los afiliados estrenan nuevo sistema de cotizaciones y ello ha podido generar reticencias -como cualquier cambio- entre parte de los potenciales autónomos más esporádicos a darse de alta. También un entorno de incertidumbre puede condicionar la apertura de nuevas actividades.

El comercio está siendo una de las actividades más perjudicadas, con una pérdida de casi 20.000 trabajadores por cuenta propia. Agricultura (-2.953) e Industria Manufacturera también acumulan malos registros (-3.019).  

¿Cómo afecta a la calidad de la ocupación?

La tendencia del mercado laboral, al margen de si un mes se ha creado más o menos empleo, está siendo que la calidad de la nueva ocupación se mantiene respecto a meses precedentes. Cuatro de cada 10 nuevos contratos firmados fueron de carácter indefinido, cuando antes de la reforma laboral la proporción era de 1 de cada 10. Lo que ha ido rebajando las tasas de temporalidad. Según destaca la Seguridad Social en su nota, el porcentaje de afiliados con contrato temporal se mantuvo en junio en un mínimo histórico del 14%, menos de la mitad del que se registraba antes de la reforma (30%).

En este sentido, los colectivos más perjudicados por la temporalidad están siendo los más beneficiados por la reducción de la misma. Entre los menores de 30 años, la tasa de temporalidad se ha reducido en 31 puntos respecto al nivel que tenía antes de la reforma, pasando del 53% al 22%.

¿Todos los territorios pinchan igual?

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La segunda mitad del año suele afectar en mayor medida a aquellas comunidades autónomas más dependientes del turismo, ya que durante la primera mitad suelen verse más reforzadas. De momento, entre las dos locomotoras económicas del país, la mano este año se la está llevando Catalunya. Esta fue la comunidad autónoma que más empleo aportó durante el mes de junio al global de la economía española, creando tres veces más ocupados que la otra locomotora del país, Madrid.

Una proporción que se ha ido manteniendo durante los seis primeros meses del 2023. Si bien durante los primeros compases de la pandemia el mercado laboral de la capital fue, comparativamente, como un tiro, no está siendo así en el actual ejercicio. Durante el primer semestre del 2023, Catalunya ha generado 153.980 cotizantes a la Seguridad Social por 48.627 de la Comunidad de Madrid.

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