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Banco Pichincha y El Ordeño presentaron esta semana el Primer Programa de Financiamiento de Cadenas de Valor Lácteas. Se trata de una iniciativa que fortalece el sector productivo y apuesta por el desarrollo del campo ecuatoriano. Santiago Bayas, gerente de la entidad financiera, explica cómo nació el modelo y cómo se irá desarrollando.

¿En qué consiste esta alianza con El Ordeño y el financiamiento de cadenas de valor?

Para poner en contexto, nosotros tenemos una alianza con Rabobank para desarrollar el financiamiento y garantizar la oferta de alimentos en el país. Desde el 2019 se inició este proyecto, y la idea es incrementar nuestra participación en el sector agrícola, desarrollar el sector rural y trabajar en inclusión financiera para pequeños productores del país.

¿Qué es Rabobank y cómo es su participación en este tema?

Es un banco holandés, uno de los más importantes para sector agrícola. El 85 % de su portafolio está en créditos agrícolas y tienen presencia no solo en Holanda, sino en África, América Latina y Asia. Ellos vinieron al Ecuador y se quedaron sorprendidos del gran potencial agrícola. A veces decimos: “Ecuador es un país pequeño”, pero Holanda es un décimo y son el segundo mayor exportador de alimentos.

¿Rabobank entrega líneas de crédito?

En realidad nos podrían dar créditos, pero la alianza se basa en que ellos nos hacen transferencia de conocimiento: agrícola, manejo de riesgo y de digitalización. Uno de los elementos que queremos es eliminar el efectivo en los pagos que se hacen en este sector. Nosotros ya hemos empezado a trabajar en la Costa con camarón, banano, cacao, café, y ahora decidimos ir con el sector lácteo en la Sierra.

¿Cómo trabajan con El Ordeño?

Nosotros trabajamos con la empresa ancla, que es El Ordeño, y así nos vinculamos con los pequeños productores. La empresa y los productores tienen 94 centros de acopio a los que los productores entregan su producción. El productor tiene garantizada la compra de leche por parte de El Ordeño. La ventaja es que nosotros le garantizamos el pago al productor; Banco del Pichincha avala que al final del plazo la empresa le paga. Pero además, si ellos requieren liquidez antes, descontamos las facturas de El Ordeño y les entregamos la liquidez a los pequeños productores.

En esta ocasión, ¿qué vieron para apostarle al sector lácteo?

Ya hemos hecho pilotos con empresas ancla en cada uno de los sectores, por ejemplo, en el camarón con Santa Priscila. En la Sierra, El Ordeño tiene una presencia importante en el sector de los lácteos. La idea es ir llegando a los más pequeños. En el caso de El Ordeño, hay 6.000 personas afiliadas a este proceso.

¿Todo esto está dentro del paraguas del crédito agrícola, que también han estado promocionando?

En crédito agrícola podemos dar directamente. Pero, en general, lo que buscamos es conectarnos a la cadena de valor. Por ejemplo, una empresa como Santa Priscila tiene sus proveedores y tiene proveedores de proveedores. Entonces, vamos a la empresa grande y llegamos también a la pequeña y microempresarios, porque el banco trabaja en todos los niveles.

¿Cómo ha penetrado este crédito agrícola?

En el 2022 entregamos $ 1.200 millones para agronegocios. Del crédito de la banca, un 10 % se entrega al sector agrícola; y, de estos, el 25 % fue entregado por nuestra entidad. Además, el 19 % de nuestra cartera financia actividades de agronegocios. También hay más de 126.000 clientes beneficiados con un crédito agro. Y es interesante que cinco de cada diez créditos del agro fueron a mujeres.

¿Cómo avanza la entrega de otro tipo de créditos, como finanzas verdes y género?

Un pilar estratégico de nuestra actividad es ser sostenibles e inclusivos. La inclusión es incorporar a ecuatorianos de pequeños ingresos a la banca. Hace dos años y medio teníamos tres millones, y ahora tenemos cinco millones de clientes. El otro elemento de la inclusión es el tema de género. Hemos puesto énfasis en el programa Ser Impulso Mujer. Buscamos promocionar el talento femenino con programas de capacitación dentro del banco; y luego el programa, hacia afuera: nosotros no les pedimos garantía del marido, y en el microcrédito más del 50 % son otorgados a mujeres. Y luego, en temas del medioambiente, fuimos los primeros en emitir un bono verde. Otro elemento que hemos trabajado es el de riesgos ambientales, que se llama Saras.

¿Cómo ha estado el otorgamiento de crédito? ¿Hay temas, como los techos de tasas e incluso el tema electoral, que tal vez lo puede frenar?

Nosotros hemos estado abiertos todo el periodo a la colocación de cartera. El año anterior fue mayor de lo que estamos creciendo este año; en parte es porque no se espera que la actividad económica crezca, más bien ha habido desaceleración. En el período de junio 2021 a junio de 2022, la cartera del Banco Pichincha creció 29 %, mientras que en el periodo de junio 2022 a junio 2023, el crecimiento fue de 16.6%. Todo el sistema financiero pasó de un crecimiento del 18,1% al 11,7% en el mismo periodo. Un elemento que nos ha golpeado es que la liquidez se ha restringido en el país. Por eso, las tasas de interés en depósitos han subido y nosotros estamos en los techos. Hemos seguido otorgando crédito. (I)

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