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La memoria de la Conferencia Episcopal de 2018 señala que ese año se destinaron 4.728.111 euros para la campaña de la renta, que dejó un ingreso récord de 285.115.796 euros. No obstante, la mayor parte de su presupuesto proviene de las «aportaciones directas y voluntarias de sus fieles», que alcanzaron los 326 millones de euros.
Un mensaje claro, que haga aflorar los sentimientos y afloje el bolsillo. Año tras año, la Iglesia busca convencer a sus seguidores para que marquen la casilla católica en sus respectivas declaraciones de la renta, algo tan sencillo para los contribuyentes como millonario para la Conferencia Episcopal. No en vano, la campaña de comunicación en torno a la asignación tributaria se lleva cerca de cinco millones de euros, el doble de lo que destina a los sueldos de sus obispos.
Los datos económicos de la Conferencia Episcopal Española (CEE) aparecen reflejados en la memoria de actividades de 2018entregada la pasada semana al Gobierno. Este documento cuenta con el aval de un «informe de aseguramiento razonable» de la auditora internacional PwC, que subraya que dicha memoria presentada por la Iglesia ha sido preparada «de manera adecuada y fiable».
En ese documento de 107 páginas, la CEE defiende que «quiere ofrecer a la sociedad su verdadero rostro, dando a conocer su forma de organización, su estructura, su financiación y las actividades que desarrolla en el marco de sus fines propios: la evangelización, la vivencia de la fe y el ejercicio de la caridad».
En el apartado económico, destaca que en 2018 recibió 285.115.796 euros en el marco de la campaña de la renta, lo quesupone «la cifra más alta desde el comienzo de la asignación tributaria». «En 2018 los españoles colaboraron con la financiación de la Iglesia con 17.067.791 euros más que el año anterior, lo que supone un incremento del 6,37%», subraya.
La campaña de comunicación en torno a la asignación tributaria estuvo dotada en 2018 de 4.728.111 euros. Esa cantidad supuso el 92,1% del presupuesto destinado al concepto «campañas de comunicación y plan de transparencia« de la Conferencia Episcopal. De hecho, al plan de transparencia se destinaron 402.623 euros.
El dinero destinado a esas campañas significa más del doble de la «cantidad total empleada en la retribución del conjunto de los obispos de España», que en 2018 alcanzó los 2.322.505 euros. Según ha podido confirmar Público, esta cifra abarca a 82 obispos en activo, cuyo sueldo medio es de 1.250 euros dirigidos a cubrir «gastos personales». Sus gastos corrientes –pago de facturas o relacionados con la vivienda– corren a cargo de cada diócesis.
«No cuestionamos los ingresos que tiene la Iglesia o si cobran 1.200 o 1.500 euros, sino lo que se hace con el dinero público», destaca Juanjo Picó, portavoz de Europa Laica. Este periódico ha consultado también a la Conferencia Episcopal sobre estas retribuciones, pero de momento no ha habido respuesta.
La CEE subraya además que «el 80% de los recursos que llegan a través de la asignación tributaria se envían directamente a las diócesis para su sostenimiento». Se trata concretamente de 202.095.202,98 euros que «son enviados a las 70 diócesis españolase incorporados a sus presupuestos para la realización de sus actividades».
Por su parte, el 20% restante de los recursos «se distribuye según los criterios aprobados anualmente en Asamblea Plenaria: Seguridad Social del clero y obispos, proyectos de rehabilitación y construcción de templos de las distintas diócesis, actividades pastorales, Cáritas diocesanas, etcétera». En esa línea, se señala que el importe de las cotizaciones pagadas a la Seguridad Social por el conjunto de los sacerdotes diocesanos fue de 18.395.707 euros.
Asimismo, la aportación al presupuesto de funcionamiento de la Conferencia Episcopal alcanzó los 2.624.351,52 euros, mientras que hubo además «Aportaciones extraordinarias a las Cáritas diocesanas« por valor de 6.243.398 euros.
«Artimañas»
Con estos datos sobre la mesa, Picó habla de la pescadilla que se muerde la cola. «Se pide dinero del IRPF, y lo que se obtiene se utiliza para pagar campañas con ese mismo objetivo«, destaca a Público. Esta organización lleva años denunciando las «artimañas» de la Iglesia católica para obtener financiación. «Es uno desmadre democrático: son los gobiernos de turno quienes siguen permitiendo que la Iglesia tenga esos privilegios», subraya.
Precisamente, en mayo pasado Europa Laica denunció «la existencia en el IRPF de las casillas de Asignación Tributaria a la Iglesia y a Fines Sociales que detraen impuestos de la hucha común en lugar de dedicarlos a servicios públicos de interés general» y exigió que el Gobierno de coalición «no participe apoyando campañas publicitarias que persiguen detraer fondos de las cuentas públicas o fomentar una ideología de caridad frente a la solidaridad social y la neutralidad confesional».
«Aportaciones voluntarias»
La CEE destaca en su memoria que «la principal fuente de financiación para las diócesis españolas es la que proviene de las aportaciones directas y voluntarias de los fieles, que suponen más de un tercio de los recursos disponibles de las diócesis». De hecho, en 2018 alcanzaron los 326.019.427 euros y «representaron el 33% de sus recursos económicos». «Se trata de recursos recibidos de los fieles sin contraprestación por colectas ordinarias», popularmente conocidas como «cepillos». También hace mención a «suscripciones periódicas» y otros ingresos que carecen de «contraprestación».
Por su parte, el «Fondo Común Interdiocesano», constituido a través de la asignación tributaria, «supone, de media, un 23% de la financiación básica de las diócesis españolas». Hubo además 106.178.987 euros correspondientes a ingresos del «patrimonio inmobiliario, financiero y actividades económicas diversas». Asimismo, en el capítulo de «otros ingresos corrientes» figuran 264.193.358 euros que corresponden a «servicios diversos, subvenciones, ingresos de otras instituciones religiosas y otros ingresos».
Más de 17.000 sacerdotes
El informe también ofrece un pantallazo de la realidad eclesiástica a día de hoy en España. Se señala que hay 22.997 parroquias, 783 monasterios y 4.785 comunidades religiosas. Existen además 13.149 entidades religiosas inscritas en el registro correspondiente, de las cuales 5.968 son asociaciones.
El plantel de la Iglesia está compuesto, entre otros, por 17.337 sacerdotes, 9.151 monjas y monjes de clausura, 102.859 catequistas y 1.203 seminaristas. Se detalla además que cuentan con 3.096 bienes inmuebles de interés cultural. «En total, el impacto global estimado de los bienes de interés cultural y de las fiestas religiosas equivale a más 3% del PIB de España», añade el documento.
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