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Ciudades de decenas de países han acogido marchas de conmemoración por el Día Internacional de la Mujer, que en algunos países se han unido a otras reivindicaciones. En Francia las manifestaciones han estado marcadas por la protesta contra la reforma de las pensiones y por un acto oficial de homenaje a la histórica feminista Gisèle Halimi en el que el presidente, Emmanuel Macron, ha defendido una reforma de la Constitución para consagrar en ella el derecho al aborto.

Macron ha declarado: “Quiero que la fuerza del mensaje [de Halimi] nos ayude a cambiar nuestra Constitución, para grabar la libertad de las mujeres a recurrir a la interrupción voluntaria del embarazo, para asegurarnos solemnemente que nadie podrá poner trabas o deshacer lo que, de esta manera, será irreversible”. La propuesta de reforma se encuentra en estos momentos en el Parlamento. En las cerca de 140 manifestaciones feministas en todo el país, los mensajes contra la violencia de género y por la igualdad salarial se combinaron esta vez con las consignas contra el aumento de la edad de jubilación de los 62 a los 64 años. Los detractores de la reforma han criticado que esta perjudicará a las mujeres con carreras interrumpidas por bajas de maternidad o periodos sin trabajo.

En Italia, el Día de la Mujer se celebra cada año con algo más de intensidad, pero lejos todavía de otros grandes países europeos. Este año, sin embargo, cobra una dimensión particular en la política, ya que por primera vez en la historia en la jefatura del gobierno y de la oposición hay dos mujeres: Elly Schlein y Giorgia Meloni. Ambas, de algún modo, han roto un techo de cristal que parecía a prueba de bombas en uno de los países donde los avances en esta materia escaseaban más. La propia Meloni, que el miércoles participó en un acto en el Palacio del Quirinal para celebrar la jornada, hizo un discurso algo confuso en la víspera de la jornada del 8-M. “Quiero decir que el hecho de ser siempre minusvaloradas es una gran ventaja porque, a menudo, no te ven venir”. Una idea, la del concursante tapado, el underdog, como dice ella, que a la primera ministra le gusta mucho usar. Aunque en este caso no parezca lo más apropiado.

El colectivo Non una di meno, que ha articulado en los últimos años las protestas y movilizaciones en Italia, ha organizado varias marchas en todo el país. La de Roma comenzaba a las cinco de la tarde en piazzale Ostiense y esperaba congregar a varios miles de personas. Pero los ecos de la jornada también llegaron al otro lado del Tíber, donde el Papa pidió en su audiencia de los miércoles acabar con las brechas de género. Además, en el prólogo de un libro que se acaba de publicar, el Papa se refiere también a la violencia contra las mujeres. “La violencia contra las mujeres es una herida abierta fruto de una cultura de opresión patriarcal y machista. Debemos encontrar la cura para sanar esta lacra, no dejar solas a las mujeres”, señala el Pontífice en el prólogo de Más liderazgo femenino para un mundo mejor: el cuidado como motor de nuestra casa común.

Las marchas en el Reino Unido se adelantaron al pasado sábado. Londres, Manchester, Liverpool o Belfast concentraron cada una a miles de manifestantes en sus calles, a pesar de unas temperaturas inclementes. No hubo un lema convocante: las diferentes organizaciones —grupos feministas, partidos políticos y sindicatos— acudieron a la calle con sus respectivos eslóganes y carteles.

Este miércoles, frente al Parlamento, decenas de mujeres del colectivo Waspi, que reclama una igualdad de las pensiones públicas entre hombres y mujeres, han hecho que su voz se oyera en Westminster, justo antes de que comenzara la sesión de control al Gobierno. Al mismo tiempo, a lo largo de Piccadilly, una marcha silenciosa, con participantes ataviadas como los personajes de El cuento de la criada, de Margaret Atwood, han recordado la represión que las mujeres sufren en Irán. Cada una de las participantes portaba un cartel con el rostro de alguna de las mujeres que han sufrido castigos en los últimos meses por parte del régimen de los ayatolas.

Las grandes urbes latinoamericanas también acogen grandes movilizaciones de mujeres este miércoles en defensa de sus derechos, en una región donde la lucha por la igualdad, la libertad y la seguridad es todavía una batalla cotidiana. En Ciudad Juárez (México), un grupo de activistas instaló una cruz rosa cerca del río Grande en solidaridad con todas las mujeres víctimas de las diferentes violencias. De Ciudad de México a Buenos Aires, pasando por Santiago Chile, Bogotá o São Paul, las calles de las principales ciudades reclaman paridad efectiva en el trabajo, aborto seguro, y rechazan la violencia estructural que sufren a diario. En África también hubo concentraciones, en países como Marruecos, donde decenas de mujeres reclamaron en Rabat los mismos derechos que los hombres, o en Nigeria. Cientos de mujeres se manifestaron también en Tokio. Las marchas también se han producido en ciudades como Berlín y Estambul, entre otras, según Reuters.

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