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La primera foto fue tomada en la Capilla de la Universidad Complutense, en el año 2011, donde varias jóvenes se manifestaron exigiendo el cierre de la misma y reclamando el laicismo en la Universidad. Por esa acción Rita Maestre, una de las jóvenes que encabezaba la protesta, fue condenada, en primera instancia, por ofender sentimientos religiosos para después ser absuelta, tras una campaña de presión que realizamos varias asociaciones, partidos políticos y movimientos sociales. Ahora vemos, en la foto de noviembre del año 2020, a Rita Maestre junto al opusino alcalde de Madrid y al falangista pendenciero Ortega Smith frente a un gigantesco belén en el hall del Ayuntamiento; además, el belén católico está engalanado con la bandera española a modo estandarte ultranacionalista: una especie de revival del nacional catolicismo en la Villa de Madrid.
Rita Maestre, quien fuera aupada al ayuntamiento de Madrid, por el impulso del 15 M, hoy ya no representa a nadie sino a meros aparatos políticos sin conexión social alguna, pero aun así, si ella está pisando moqueta en el ayuntamiento de Madrid se los debe a ese impulso de reformas que venía del 15 M y que también aupó a la alcaldía a Manuela Carmena. Ahora Rita Maestre solo se representa a sí misma y con su presencia, en esa esquina de la foto, está avalando el confesionalismo católico ultranacionalista del Ayuntamiento de Madrid.
Verdaderamente el laicismo nunca ha llegado a entrar al Ayuntamiento de Madrid y el confesionalismo católico ahora ya está muy consolidado con un alcalde al servicio de la Obra y con unos concejales y concejalas que le ríen las gracias. Manuela Carmena también actuó al servicio de la iglesia católica participando en oficios religiosos al aire libre y en procesiones diversas y dando dinero a manos llenas al Padre Ángel y a otras obras “sociales” católicas.
Por su supuesto que cuando se sanciona el simbolismo religioso particular en nombre de todos los ciudadanos suele ir unido también a sancionar políticas que, en el ámbito municipal, suelen beneficiar a intereses particulares más que a todos los ciudadanos (léase Operación Chamartín en el Madrid de Manuela Carmena). Una vez se besa el anillo del obispo se inclina uno ante todo lo ordenado por los Dioses; si España fuera un Estado aconfesional ninguna instalación pública debería ostentar este tipo de simbología religiosa.
La iglesia católica siente desasosiego con el carácter profano de estas fiestas navideñas y de ahí su interés en poner belenes católicos en todo tipo de espacio públicos: en escuelas, en ayuntamientos, en ministerios, en parques, en acuartelamientos etc. y también está muy interesada, en estas fechas, en exhibir, de forma humillante y hasta obscena la pobreza para resaltar la caridad católica; seguro que las visitas a las residencias católicas de ancianos o la organización de cenas para pobres, al modo de las que organiza el padre Ángel ya estarán en las agendas, este año con restricciones COVID , de los munícipes madrileños y seguro en las de la señorona Rita Maestre.
Antonio Gómez Movellán. Presidente de Europa Laica
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