[ad_1]

Centenares de personas, un millar según los cálculos de la organización, participaron el sábado en una marcha en Sada (A Coruña), en el entorno del pazo de Meirás, no solo para reivindicar la memoria de los represaliados por el franquismo en este inmueble, sino también para que su devolución al patrimonio público incluya todos los bienes de su interior y no implique indemnizar a la familia del dictador. El acto tuvo que celebrarse en torno a los muros de la que fue residencia estival del dictador porque los organizadores no obtuvieron el permiso del Gobierno central para entrar, como habían pedido a la Secretaría de Estado de Memoria Democrática.

“Seguimos sin poder entrar en el Pazo de Meirás. El Estado español no lo permitió. En una democracia normal, hoy las puertas de Meirás estarían abiertas”, criticó Carlos Babío, portavoz de uno de los colectivos organizadores, Defende Meirás, e investigador de la historia del pazo. Babío leyó un manifiesto en el que celebraba que el palacete sea al fin, por sentencia judicial que aún no es firme, patrimonio estatal, pero lamentó que siga cerrado para el pueblo: “Lo que no cambió”, dijo, “es el lado del muro” en el que se tiene que manifestar la sociedad civil.

En su visita tras la primera sentencia judicial que desembocó en la devolución de las llaves del pazo por parte de la familia Franco, la ministra Carmen Calvo anunció que el inmueble se abriría en breve, y en pocos días se fijó la fecha de apertura de los jardines en el pasado 26 de enero, pero esto no llegó a suceder. Ahora se prevé que sean visitables a finales de este mes de junio. Para la apertura de las torres, en las que hubo que llevar a cabo obras de rehabilitación, sigue sin haber fecha. En aquel viaje de diciembre a la Delegación del Gobierno en A Coruña, Calvo también había reconocido la importancia de la lucha social desde la Transición en la recuperación del pazo para la ciudadanía.

La marcha, convocada al mediodía bajo el lema O Pazo para o pobo e a memoria por los colectivos Defende Meirás e Iniciativa Galega pola Memoria, estuvo apoyada por 68 colectivos, entre ellos las formaciones políticas BNG y Podemos Galicia. Y transcurrió en un ambiente reivindicativo y festivo, con música del grupo Tanxugueiras y una parodia de los personajes del pazo en la dictadura por parte de los actores Isabel Risco y Fernando Morán. El escenario de las actuaciones estaba pensado para ser instalado en los jardines, pero tuvo que montarse en la explanada exterior. Allí se desplegó además una pancarta con una lista de casi 600 personas asesinadas por el franquismo a partir de 1936.

“Por aquellas y aquellos que vieron sus casas y tierras hurtadas para mayor gloria del dictador y de su régimen. Por aquellos y aquellas que, en tiempos de miseria, tuvieron que dar lo que no tenían para obsequiar a quien les negaba la libertad. Por aquellas y aquellos que padecieron persecución por ser vecinas y vecinos del dictador”, leyó el historiador Manuel Pérez Lorenzo, representante junto a Babío de los colectivos convocantes. “Por todas y todos, reivindicamos un pazo de Meirás en posesión del pueblo”.

Uno de los principales propósitos de la marcha era, tan y como recalcó Babío, que cuando al fin se abra al público el pazo se use “para honrar la memoria de las víctimas” de la dictadura, además “de otras funciones y valores” que atesora el inmueble declarado Bien de Interés Cultural. El pazo, defendió, debe ser “un espacio referente de memoria democrática” para el país. Y por ello también deben implicarse la Xunta y el Estado para extender esa protección BIC a los bienes que contiene y que hablan de su historia y de quienes habitaron la casa.

Indeminizar a los Franco, una “afrenta a las víctimas”

Varios dirigentes del Bloque Nacionalista Galego, entre ellos el diputado en el Congreso, Néstor Rego, su portavoz en Europa, Ana Miranda, y su líder, Ana Pontón, se sumaron al acto y pidieron a la Administración central y a la gallega “estar a la altura de la sociedad” para garantizar una devolución “íntegra”, también de los bienes muebles que los nietos del dictador piden llevarse en una gran mudanza. “Depende de la voluntad de ambos que así sea”, zanjó Pontón, que calificó de “absolutamente rocambolesco” que se cuestione que los bienes que están dentro no forman parte de la finca o que se hable de una indemnización para los Franco.

“Indemnizar a una familia por ocupar 40 años ilegalmente este pazo es el mundo al revés” y una nueva “afrenta a las víctimas”, clamó la portavoz nacional del BNG. Para Pontón, Meirás “es mucho más que un pazo”, “es un símbolo” y la batalla por su devolución al patrimonio público gallego “es también una lucha para poner fin a los pozos negros de la transición”, que fue “un pacto con el franquismo”.

El secretario general de Podemos Galicia y diputado de Galicia en Común, Antón Gómez-Reino, agradeció el “trabajo incansable” de la sociedad civil para que el pazo y otros bienes “expoliados por el franquismo y el fascismo” volviesen “de una vez por todas a la ciudadanía gallega”. Pidió también “garantizar que en ningún caso la familia Franco continúe haciendo uso o apropiándose de bienes” que pueda haber en su interior, y revalorizar el pazo como “un espacio de memoria democrática y antifascista”.

[ad_2]

Source link