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Más de 11.000 personas se han movilizado este domingo en Burgos en defensa de la sanidad pública y contra el progresivo pero imparable deterioro de la Atención Primaria tras más de tres décadas de gobierno ininterrumpido de la derecha.

La “sanidad no se vende, se defiende” ha sido el grito más escuchado en la manifestación convocada este domingo por la Plataforma por la Sanidad Pública de Burgos, que días antes había hecho un llamamiento a la ciudadanía burgalesa, al tejido asociativo y a las organizaciones sociales y sindicales para arropar y fortalecer la protesta. 

La manifestación ha partido desde la Plaza del Cid, encabezada por una pancarta con el lema “Atención primaria pública y de calidad”, y ha atravesado las principales calles del Centro Histórico, hasta desembocar en una Plaza Mayor completamente abarrotada.

En un ambiente reivindicativo, los miles de personas, procedentes de los distintos barrios de la capital y de los pueblos y zonas rurales de la provincia, han marchado a lo largo de los más de 3 km de recorrido, en un clamor de hartazgo popular contra la voracidad egoísta de quienes pretender desmantelar la sanidad de todos y todas en favor del negocio de una minoría. No ha cesado de repetirse en ningún momento: “¡SANIDAD, pública y de calidad”!

Se han gritado, escuchado y leído reivindicaciones en torno a la recuperación, para su control y gestión 100% pública, de los Hospitales HUBU y Divino Vallés; contra los modelos de gestión empresarial de la sanidad pública y los ruinosos contratos de concesión y privatización encubierta; en favor de una atención primaria pública y de calidad para nuestros pueblos; por la conclusión de las obras y apertura del nuevo Centro de Salud de García Lorca en Capiscol y del nuevo hospital de Aranda; y por la mejora de las condiciones de unos trabajadores y trabajadoras sanitarios absolutamente desbordados.

Desde la Plataforma por la Sanidad Pública de Burgos se ha subrayado la urgencia de revertir una situación límite, con 40 mil personas sólo en Burgos a la espera de una consulta o una prueba, más de 7 mil esperando para ser operadas, y miles y miles más a la espera de ser atendidas por un o una médica de familia que a menudo no será la suya.

En Castilla y León, los responsables directos de esta degradación de la Sanidad Pública y de la Atención Primaria y Hospitalaria, son décadas de gobiernos ininterrumpidos de la derecha. No obstante, el origen del problema es estructural, tiene que ver con la necesidad del capital, al que ellos representan, de buscar nuevos nichos de negocio, y para oponerle una respuesta eficaz capaz de imponer un modelo alternativo 100% público, democrático, y participado por usuarias y trabajadoras, se requiere trascender las movilizaciones puntuales, con todo indispensables, para profundizar en la construcción de un gran movimiento con capacidad para atraer e incorporar a la lucha a sectores de la clase trabajadora (jóvenes, migrantes, diversidad…) tradicionalmente excluidos de la acción política.

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