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Adolfo Allué | Desde hace varias semanas se está desarrollando una intensa campaña para lograr la absolución de los llamados 6 de Zaragoza. El comunicado de la Coordinadora Antifascista de Zaragoza, que junto al manifiesto de las familias está recogiendo adhesiones, explica perfectamente el caso.

A los pocos días de esta sentencia se realizó una concentración con más de trescientas personas y el pasado 26 de marzo una manifestación con cerca de setecientas, ambas en Zaragoza. También en esta día se concentraron varias decenas de personas en Huesca. Se añade la cantidad de adhesiones a ambos manifiestos por parte de numerosas organizaciones y colectivos, así como personas anónimas, otras conocidas del mundo de la cultura o cargos públicos (la lista actual se puede consultar en el blog, donde también aparacen noticias relacionadas). Se siguen recabando apoyos al comunicado de la Coordinadora Antifascista escribiendo al siguiente correo: coordinadorantifascista@gmail.com

En medio de un repunte de la represión y con una Ley Mordaza mantenida por el llamado Gobierno de Progreso hay que situar esta sentencia dictada por el juez Carlos Lasala, perteneciente éste al sector de la extrema derecha de la judicatura. Se multiplican, como en otras ocasiones, los casos de represión contra activistas. Multas, penas de cárcel, encarcelamientos preventivos… Manifestantes en Barcelona, Granada, Hasel, la repetición del juicio a Rodrigo Lanza, toda la represión al Procés con casi 900 juicios, Valtonic y un largo etcétera, que incluye el uso de golpes y palizas en la calle por parte de las policías en múltiples movilizaciones como medio de infundir miedo y rebajar así el número de personas que acuden a ellas. Por un lado la Judicatura post-franquista trata de presionar y «crear problemas» al Gobierno de Progreso y por otro se mantiene la dinámica de represión que han mantenido todos los gobiernos de la «Democracia del 78» como forma de contención a los descontentos populares.

Este caso de Zaragoza entronca con numerosas movilizaciones que se han dado contra los fascistas de Vox, Trump, los supremacistas blancos en EEUU, Bolsonaro, Modi y demás. En el caso del estado español se da una creciente violencia contra migrantes, sectores LGTBI, feministas al calor de los discursos de Vox. Tanto fachas como machistas o sectores ultras de las policías se ven apoyados y espoleados por los continuos discursos del odio de esta formación política. No es la única, claro está. Pero la movilización permanente contra sus políticas es, como decimos, un deber democrático.



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