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Gabriel Rufián (Santa Coloma de Gramenet, 39 años) ya no es aquel joven airado que llegó en 2016 al Congreso, que exhibía una impresora desde el escaño y que conoció lo que es ser expulsado. “He aprendido a no ponérselo fácil a los rivales”, admite el portavoz de ERC, satisfecho por el acuerdo presupuestario con el Gobierno, pese a sus reproches a la actitud del PSOE.

Pregunta. Tras el pacto de Presupuestos, ¿ahora qué?

Respuesta. Es la pregunta del millón. Querríamos avanzar en logros sociales y sobre el conflicto político innegable entre el Estado y Cataluña, porque eso al final es el gran elefante en la habitación que lo dificulta todo.

P. ¿Se agotará la legislatura?

R. Es una pregunta más para el Gobierno. Creo que les queda poca gasolina en el motor. Tras el congreso del PSOE, han entrado en un momento alfa, una seguridad en sí mismos extraña, porque siguen dependiendo de una serie de fuerzas políticas muy diversas. Y me atrevo a decir que si hubiera elecciones quedaría todo bastante igual. Somos muy conscientes de que la alternativa es terrible, pero este Gobierno no puede sustentarse en ese miedo.

P. ¿El Gobierno juega con su miedo?

R. Lo que no podemos entender es que estuviésemos a 15 minutos de presentar una enmienda a la totalidad de los Presupuestos por una cuestión que no suponía dinero, que lo que pedía era el reconocimiento de las lenguas cooficiales en la ley audiovisual. A veces las fuerzas políticas fuera del Gobierno asumimos más responsabilidad que según qué personas de dentro.

P. ¿No es una anomalía negociar todo contra reloj?

R. Sí, y creo que es una táctica, ni siquiera una estrategia. Vamos todos al corto plazo. Les dijimos que no queríamos que la ley audiovisual coincidiese con los Presupuestos. Pero el Gobierno tiene interés en montar gazpachos políticos y mediáticos para que luego la realidad nos pase por delante.

Gabriel Rufián, el pasado jueves en el Congreso.
Gabriel Rufián, el pasado jueves en el Congreso. Luis Sevillano

P. En su discurso final del debate presupuestario dijo que la izquierda está frenando retrocesos, pero no logrando conquistas. ¿De quién es la culpa?

R. Lo fácil sería echársela a quien tiene el BOE, pero seguramente es de todos. Hay un marco social, político y mediático que se está imponiendo y en el que todos acabamos atrapados. Yo tampoco quiero escurrir el bulto, no somos capaces de explicarnos. Si no, no votarían al PP y a Vox en Usera o en el Fondo de Santa Coloma de Gramenet. El reto es interpelar sobre todo a la clase trabajadora.

P. ¿Con qué se darían por satisfechos sobre el proceso independentista al final de la legislatura?

R. No formo parte de la mesa de diálogo y sería imprudente marcar objetivos. Pero hay mucho recorrido, como acabar de una vez por todas con la represión judicial, aun teniendo claro que hay una parte del poder judicial no controlable por este Gobierno, que, de todos modos, podía hacer algo más.

P. Junts ha dicho que solo han conseguido “la traducción de dos películas”.

R. Ahí dentro [señala al hemiciclo] todo te parece muy difícil. Cuesta mucho, y no debería, porque solo se trataba de aplicar una directiva europea respetando la diversidad lingüística que reconoce la Constitución. Ridiculizar que nuestros hijos puedan ver el contenido audiovisual en la lengua que quieran le hace un flaco favor a la diversidad lingüística.

P. ¿Facilitó el acuerdo que ERC pactase el Presupuesto catalán con los comunes?

R. No ha tenido ninguna trascendencia, la hubiera tenido si en esa ecuación hubiese entrado el PSC. Y eso que yo creo que los pactos con los comunes son el futuro en Cataluña.

P. ¿Aún se puede hablar de un bloque independentista?

R. Siempre que haya partidos que crean al menos que los catalanes tienen que votar su estatus político —y aquí incluyo a mucha más gente de la que se presume— habrá un bloque político ahí. Pero es evidente que hay discrepancias, incoherencias, dificultades. Y también que hay una ERC que se ha desacomplejado, que quiere asumir la realidad. Eso no la hace menos independentista, la hace más útil. Más allá del ruido, vamos a seguir ahí. Lo que ocurre es que los que no saben jugar intentan embarrar el campo.

P. ¿La sentencia que obliga a impartir un cuarto de las asignaturas en catalán dificulta la relación con el Gobierno?

R. Todo dificulta. Una parte del poder judicial tiene una agenda política obvia, no es casual que se publicase esa sentencia un cuarto de hora antes de que anunciásemos el acuerdo de los Presupuestos. Esto es una cosa de cuatro familias en Cataluña que de una forma muy reaccionaria dicen que el castellano está perseguido. La inmersión lingüística es una victoria de la clase trabajadora, de gente que llegó de fuera como mis abuelos andaluces, porque la lengua tiene un poder integrador. Hay un amplio consenso sobre eso en Cataluña. El propio PSC luchó por ello hace 40 años.

P. ¿Que la Generalitat diga que no la va a cumplir no es volver a la estrategia de la desobediencia?

R. Esta sentencia es inviable, el mismo Gobierno se pregunta cómo se cumple y dice que no se puede aplicar ¿Qué haces? ¿Obligas a los críos a hablar castellano? Es absurdo. Si vas al patio de un colegio en Cataluña, oirás castellano. Y no me parece mal.

P. ¿Pero se pondría en peligro la inmersión por impartir dos o tres asignaturas en castellano?

R. Tengo 39 años, soy hijo de andaluces, si fuera cierto que el sistema educativo catalán margina al castellano, entonces no podría estar hablando ahora en este idioma.

Gabriel Rufián, en el hemiciclo del Congreso este jueves.
Gabriel Rufián, en el hemiciclo del Congreso este jueves. Luis Sevillano

P. ¿Cree que Arnaldo Otegi es la persona adecuada para seguir liderando la izquierda abertzale?

R. Con muchísimo respeto a Otegi, la izquierda abertzale va mucho más allá. Es la segunda fuerza municipal en Euskadi y con una generación que no tiene nada que ver, que simplemente lucha por dignificar la vida de sus vecinos. Te guste o no, EH Bildu está para quedarse y formará parte del futuro de la política vasca y española.

P. ¿Y no cree que les falta la condena definitiva de ETA?

R. Eso daría para un debate muy largo, También sería bueno que se reconociese el daño causado por el terrorismo de Estado. Yo me quedo con esta fuerza política a la que veo aquí defendiendo causas sociales y cuestionando los ongi etorris.

P. ERC ya votó en contra de la ley de memoria histórica en 2007. ¿Dejarán caer ahora la nueva ley?

R. Totalmente. Es un tema nuclear para nosotros. Entonces Joan Tardà [portavoz de ERC] se quedó muy solo y fue muy incomprendido. Nos juraron que no se podía ir más allá y ahora se demuestra que eso era falso. Lo que pedimos es que un régimen salido de un golpe de Estado se declare ilegal. Y abrir una puerta real a la reparación patrimonial de las víctimas. Esto no se puede hacer sin cambiar al menos dos artículos de la ley de amnistía [de 1977] que blindan a los victimarios. Sin eso, ERC no puede apoyarla.

P. ¿O sea que con el texto actual la ley no sale?

R. No, y lo saben, por eso lo han frenado. No querría que fuera visto como una intransigencia, es que si no volveríamos a cerrar en falso este tema y se lo debemos a mucha gente.

P. ¿Qué le parecieron las alabanzas de Gerard Piqué al modelo de ciudad de Madrid?

R. Llevo seis años aquí y no puedo estar de acuerdo con ese modelo de cañas y atascos, de 25 años de políticas neoliberales. Pero Madrid es una ciudad magnífica con gente maravillosa.

P. ¿Son Isabel Díaz Ayuso y Yolanda Díaz en sus extremos las nuevas estrellas pop de la política española?

R. No creo que tengan nada que ver. Yolanda es muy hábil, tiene que serlo una persona que pacta con la patronal por la mañana y con los sindicatos por la tarde. Desde que la vi de ministra, dije que le sentaba muy bien el cargo. A este país le conviene que a su proyecto le vaya bien, igual que a Cataluña le conviene el republicanismo de izquierdas. Cuando desde la derecha le llaman aquelarre, solo puedo sentir afinidad. Aunque seamos adversarios, le deseo lo mejor.

P. ¿Se ha aburguesado aquel Rufián expulsado del pleno?

R. ¡Fui expulsado por mucho menos de lo que ahora pasa cada rato! Simplemente, aprendes a no ponérselo fácil a tu rival.

P. ¿Y qué les diría a los diputados rebeldes de ahora?

R. Lo que me dijo Tardà cuando entré: “Es importante que sepas que aquí ha habido gente antes que tú”.

P. Cuando se retiró Pablo Iglesias, usted dijo que ambos habían tenido que aprender eso.

R. Llegamos sin ninguna experiencia. Te crees que vienes a jugar al ajedrez y esto es el parchís: tiene un componente de azar, te pueden comer la ficha… Pablo, que es el mejor de nuestra generación, nunca acabó de entender que tú no vas a cambiar el juego en el corto plazo y que como mucho puedes ganar alguna partida.

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