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Madrid,
A Petrit Halilaj lo conocimos allá por 2013, cuando presentó en el centro WIELS de Bruselas su mayor individual hasta entonces, “Poisoned by men in need of some love”, en la que reunió las conclusiones de sus investigaciones en el Museo de Historia Natural de Kosovo y también lo más significativo de su obra multiforme hasta aquel momento. Nacido en 1986 en Kostërrc, este autor es demasiado joven para recordar la caída del muro de Berlín pero sí es buen conocedor de los episodios vividos a comienzos de los noventa en la antigua Yugoslavia: conflictos étnicos, guerra, exilios forzados, desarraigo… que forman parte de su historia personal, pues Halilaj huyó con su familia a un campo de refugiados durante la contienda en Kosovo.
Pese a su experiencia, en su trabajo ha intentado rechazar la nostalgia por su primer hogar y el pathos propio de su adolescencia para ofrecer una visión optimista de su futuro y del de su país sin dejar de lado la crítica política. Llevó a Bélgica tierra, escombros, listones de madera, pollos vivos y delicados dibujos, y no esquivaba las referencias a Beuys.
La muestra que desde hoy presenta Halilaj en el Palacio de Cristal del Retiro, de la mano del Museo Reina Sofía, comparte título narrativo con aquella exhibición belga (“A un cuervo y los huracanes que, desde lugares desconocidos, traen de vuelta olores de humanos enamorados”). Se trata, como siempre en este espacio, de un proyecto específico y para su desarrollo el artista ha investigado a fondo los orígenes del Pabellón y su exposición de 1887, vinculándonos a nociones habitualmente presentes en su obra, como las de hogar, nación amor e identidad cultural y asociando estas, a su vez, con la naturaleza y sus moradores.
Los pájaros son motivo recurrente en su trabajo, como metáfora de libertad, de vuelo sin trabas, y en este caso conectan con su concepción del Palacio de Cristal como una suerte de plaza abierta en la que el espectador puede circular sin condicionamientos; reconoce Halilaj que le gusta plantear los escenarios de sus exposiciones como si se tratase de espacios públicos. Para acentuar esa invitación al libre movimiento y la imbricación del Palacio con el entorno (natural) circundante, además de las enormes flores, los pájaros y los elementos naturales que constituyen el eje del proyecto, se han abierto varias ventanas del Palacio -opción muy inusual en las muestras que han tenido lugar aquí- y se han dispuesto comederos y estructuras para atraer a aves e insectos. Una de las referencias de Halilaj a la hora de preparar esta propuesta madrileña fue el ritual de apareamiento de los llamados bowerbirds: aves que construyen elaboradas estructuras y las decoran con ramas y objetos vistosos buscando atraer compañeros y hacer de esos nidos su hogar y refugio.
Entre las piezas expuestas en El Retiro destaca History of a Hug, en la que un cuervo blanco de aspecto antropomórfico sostiene un trozo de madera. Alude a un instante concreto de la historia personal del artista: un tronco era la herramienta de trabajo que sostenía su abuelo cuando supo que su esposa había dado a luz a su primer hijo. No pudo expresar, entonces, su alegría en público (en una sociedad tradicional), así que se abrazó a la madera con tanta fuerza que pudo romperla. Los pájaros reaparecen en Here To Remind You, que consta de dos grandes patas de ave entrelazadas, como símbolo vitalista de dos animales que se hacen uno, de nuevo evocación humana mediante.
Las otras grandes protagonistas de “A un cuervo y los huracanes que, desde lugares desconocidos, traen de vuelta olores de humanos enamorados” son las enormes flores de las que hablábamos, realizadas en un marco de acero y lienzo pintado junto al artista Álvaro Urbano, quien hasta el próximo enero expone, por su parte, en La Casa Encendida. Las colaboraciones son igualmente sello de la producción de Halilaj y la elección de las flores tiene que ver con el vínculo que lo une a Urbano: forsythias, semillas de palma, flores de cerezo, amapola, clavel y lirio han formado parte, nuevamente, de momentos importantes de su vida y sus relaciones, con otros y con el artista español. Dice Halilaj que ha querido tratar el Palacio de Cristal como un lugar de celebración del amor y que en origen, este proyecto incluía una performance simbólica simulando una unión matrimonial entre Álvaro y yo.
La producción del kosovar formará parte de la próxima programación de Tate St Ives, adonde volverá a llevar sus instalaciones de formas naturales dedicadas al patrimonio cultural y la memoria, el hogar y la nación, y ha podido verse ya en el HangarBicocca de Milán, Bundeskunsthalle (Bonn) o el New Museum de Nueva York. Asimismo, representó a Kosovo en su primer pabellón en la Bienal de Venecia, en 2013; expuso dos años después en el programa internacional de esta cita y también se ha sumado a la Bienal de Berlín (2010) y la de Lyon (2019).
Petrit Halilaj. “A un cuervo y los huracanes que, desde lugares desconocidos, traen de vuelta olores de humanos enamorados”.
Parque del Retiro, s/n
Madrid
Del 16 de julio de 2020 al 28 de febrero de 2021
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