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De todos los dolores de cabeza, probablemente la cefalea en racimos sea el peor que alguien pueda sufrir.
«Se trata de un dolor de cabeza que la mayoría de los pacientes describen como insoportable e intolerable», explica el Dr. Pablo Irimia, Coordinador del Grupo de Estudio de Cefaleas de la Sociedad Española de Neurología (SEN).
La parte positiva de sufrir esta cefalea es que:
«Afortunadamente, las crisis de dolor tienen una duración más corta a la de otras cefaleas. Pero aun así, sin tratamiento, estas crisis de dolor pueden durar hasta 3 horas, y además pueden presentarse varias veces al día», señala el neurólogo.
Es un tipo un tipo de dolor de cabeza catalogado por la Clasificación Internacional de Cefaleas como el más frecuente de las cefaleas trigémino-autonómicas. Y la SEN calcula que en España existen actualmente unas 50.000 personas con esta enfermedad.
Cefalea en racimos, el peor dolor de cabeza
El dolor extremo que provoca esta cefalea la convierte en «una enfermedad muy discapacitante, que lleva implicado un alto absentismo laboral, limitaciones importantes en la calidad de vida de quienes la sufren, además de otras comorbilidades, principalmente depresión y trastornos del sueño».
De hecho, los pacientes con cefalea en racimos tienen 3 veces más riesgo que la población general de desarrollar un cuadro depresivo.
Además, un reciente estudio realizado en España señala que esta enfermedad genera problemas para socializar y relacionarse con su familia y amigos hasta a un 33% de los pacientes que la sufren.
El resultado es que un 96% de los pacientes se ven en la necesidad de modificar su estilo de vida, y el 78% padecen restricciones en su vida diaria.
Síntomas de la cefalea en racimos
Los especialistas en neurología explican que la cefalea en racimos tiene unas características muy definidas que permiten diferenciarla de otros tipos de dolor de cabeza.
Además de su fuerte intensidad, este tipo de cefaleas se caracteriza:
- Es un dolor de cabeza unilateral (generalmente localizado alrededor del ojo y/o la sien).
- Se inicia y cesa de forma abrupta.
- Por lo general va acompañado de congestión nasal, enrojecimiento de ojos y/o lagrimeo.
- Durante las crisis, los pacientes muestran una gran inquietud motora.
- Las crisis suelen aparecer casi siempre a la misma hora, con un predominio vespertino y/o nocturno en el 73% de los casos.
Diagnóstico precoz, esencial para evitar la cronificación
A pesar de que se trata de un tipo de dolor muy reconocible, la SEN estima que en España puede existir un retraso en el diagnostico de hasta 3 años.
Y es que como ocurre con otras patologías, el paciente con cefalea en racimos pasa por una larga serie de especialistas antes de recibir el diagnóstico de un neurólogo. Así, al menos un 30% de los pacientes han sido valorados antes por otros especialistas.
Incluso más del 57% de los pacientes ha recibido un diagnóstico previo erróneo sobre su enfermedad.
Esta falta de diagnóstico y de valoración adecuada hace que actualmente se estime que la mitad de los pacientes no está recibiendo el tratamiento preventivo adecuado. Y también provoca que más de un 30% de los pacientes no hayan tenido acceso al oxígeno como tratamiento sintomático, cuando es una de las principales terapias de elección.
«Un correcto diagnóstico de esta enfermedad es básico. No solo para permitir que los pacientes puedan acceder a los tratamientos preventivos y sintomáticos disponibles, sino también para evitar que la enfermedad se cronifique», subraya el doctor Irimia.
«Es verdad que estamos hablando de una enfermedad que no es muy común, pero su identificación (aunque solo sea clínica, ya que no existe aún ninguna prueba específica para diagnosticarla) debería mejorar, tanto por parte de los profesionales médicos como de los propios pacientes», señala el neurólogo.
«No hay que olvidar que estamos hablando de una enfermedad que tiende a cronificarse en el 20% de los casos, con el inconveniente añadido que un 10% de las formas crónicas son refractarias a los fármacos».
Cada año se diagnostican en España unos 1.000 nuevos casos de esta enfermedad que, en la mayoría de los pacientes, tiene un curso recurrente, con remisiones que pueden durar varios meses o años.
Sin embargo, hasta en un 20% de los pacientes, la cefalea en racimos se puede cronificar.
Se denomina cefalea en racimos crónica cuando las crisis de dolor se presentan durante un año o más sin remisión o con períodos de remisión que duran menos de tres meses.
Factores de riesgo de la cefalea en racimos
La cefalea en racimos no se asocia a antecedentes familiares y sus causas aún no están claras. Lo que si se ha determinado es la existencia de varios factores desencadenantes de este tipo de cefalea. Entre los que se pueden destacar:
- El consumo de alcohol.
- Consumo de vasodilatadores.
- La falta de sueño.
Una vez que aparece la cefalea en racimo el tratamiento correcto «no solo pasa porque los pacientes tengan acceso a tratamientos sintomáticos durante las crisis, sino porque se valorare la necesidad de los tratamientos preventivos. Sobre todo cuando los pacientes tienen más de dos ataques diarios o periodos de remisión cortos», explica el doctor Irimia.
«Pero también que se informe correctamente a los pacientes de la importancia de que se abstengan de consumir alcohol y tabaco .
Y también que eviten las siestas, la exposición intensa a la luz o a las alturas. Porque son factores que facilitan la aparición de las crisis», añade el neurólogo.
La cefalea en racimos suele debutar en adultos jóvenes (la edad media ronda los 30 años), aunque también se dan casos en la infancia, adolescencia y en personas mayores.
Afecta de forma predominante al sexo masculino en una ratio de 4:1.
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