Poco a poco, la inteligencia artificial se coloca como un punto clave de la gobernanza global y los diferentes bloques toman posiciones respecto a esta tecnología. El primero en hacerlo ha sido el G7 (formado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido), que ha ratificado este lunes el primer código de conducta global para los desarrolladores de algoritmos de nueva generación.
El grupo de los Siete ha denominado el pacto como “Proceso de IA de Hiroshima” (la ciudad en la que ha sido ratificado) y lo ha articulado a través de una propuesta que Japón puso sobre la mesa en mayo. Una especie de tercera vía para poner de acuerdo a EEUU, que prefiere una política no intervencionista y “apartarse si la iniciativa privada puede encontrar sus propias soluciones”, con los países del bloque europeo más partidarios de atar en corto a los desarrolladores.