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El rockero californiano afirma que no le gustan las etiquetas para su música, que define simplemente como «rock and roll»

BILBAO, 21 Jun. (EUROPA PRESS) –

El rockero californiano Chris Isaak, (Stockton, 1956) inicia este jueves en Madrid y el sábado en BIlbao, como cabeza de cartel del Festival BBK Music Legends 2023, una gira europea de 13 conciertos en ocho países que concluirá el 12 de julio, de nuevo en el Estado, con una actuación en los Jardines de Pedralbes en Barcelona.

En una entrevista concedida a Europa Press, con motivo de sus actuaciones el jueves en las madrileñas Noches del Botánico (22.30 horas) y como principal reclamo este sábado del bilbaíno BBK Music Legends 2023 (Miribilla, 21.30 horas), el californiano niega que su música sea un sinónimo de melancolía, soledad o desamor, aspectos a los que se asocian sus canciones desde su debut en 1985. «La vida es muy corta y hemos venido aquí a divertirnos, por lo que creo que la música es una buena fórmula para hacerlo».

El músico, uno de los principales artífices hace cuatro décadas del regreso a las raíces del rock and roll de los años cincuenta, cuyas influencias sonoras e imagen parten de referentes como Elvis Presley o Roy Orbison, huye sin embargo de las etiquetas que persiguen su carrera desde sus tres primeros álbumes, una trilogía básica dentro de aquella vuelta al rock de raíces que a mediados de los años ochenta encabezó el denominado Nuevo Rock Americano y que lideraron bandas como REM, Los Lobos o The Dream Syndicate.

Buena culpa de esa asociación de ideas, que vincula sus canciones a ambientes que remiten a hoteles aislados, atmósferas nocturnas o carreteras solitarias, la tiene la inclusión de su repertorio en bandas sonoras de cineastas como David Lynch (Wicked Game) o Stanley Kubrick (Baby Did A Bad, Bad Thing), que dieron un espaldarazo a su trayectoria musical.

Sin embargo, Isaak se niega a describir su música como algo tenebroso o simplemente melancólico. «Tengo canciones tristes pero también un buen balance de canciones con ritmos alegres y, si alguien nos ve tocar en vivo, desde luego se dará cuenta que, sobre el escenario, se nota que estamos pasando un buen rato. La vida es muy corta como para no tratar de divertirse» ha explicado.

En cuanto a cómo describiría él mismo su música, este músico y también actor esporádico, hijo de padre de origen alemán y madre italiana, define su sonido «simplemente, como rock and roll» aunque reconoce que «cada temporada la definición cambia, y ahora se le llama ‘americana’, otra descripción con la que tampoco estoy muy de acuerdo pero es la forma popular que se da ahora a las melodías que practico, aunque sigo pensando que mi estilo es rock and roll, en sentido amplio» aclara.

Isaak irrumpió en la escena rockera norteamericana a mediados de los años ochenta con una imagen que mezclaba los aires de Elvis, uno de sus ídolos, con un tono vocal y musical inspirado en el repertorio de Roy Orbison, con un disco que reivindicaba una vuelta a los orígenes del rock que lideró el sello Sun Records y en el que recuperaba los aires retro de los primeros clásicos del rock, modernizado y traído al presente entre aires de rockabilly, country, swing y baladas de aires trágicos.

TRILOGÍA INICIAL

Isaak editó aquella trilogía inicial constituida por ‘Silvertone’ (85), ‘Chris Isaak’ (86) y ‘Heart Shaped World’ (89) que sentaron las bases de su prestigio con temas como Blue Hotel, Dancin’, Funeral in the Rain, Lie to Me, el citado Wicked Game o Blue Spanish Sky.

Buena parte de ese reconocimiento procedía del sonido logrado en las composiciones por su guitarrista de entonces James Calvin Wilsey, cuya técnica extraía de su guitarra la característica sonoridad atmosférica y cálida de las canciones para reforzar el personal tono vocal de Isaak.

Wilsey, fallecido en 2018, abandonó la banda a mediados de los noventa en medio de sus problemas de adicción a las drogas y fue sustituido por el guitarrista Hershel Yatovitz que, desde entonces, acompaña en directo a Isaak junto a Rowland Salley (bajo) y Kenney Dale Johnson (batería) y con los que recala en estos conciertos en España.

El rockero, al que no le gusta referirse a la ruptura con su primer guitarrista, publicó al año siguiente ‘Forever Blue’ (95) y, desde entonces, combina su faceta musical con incursiones en el cine o la televisión, medio donde llegó a contar con un programa de entrevistas (2001-2004) y fue jurado en una de las ediciones del talent show ‘Factor X’ (2015).

Preguntado por si, hoy día, rastrea sus influencias en la música actual, al igual que ocurrió con él respecto a sus referentes musicales, Isaak afirma que no analiza su música de esa manera o en ese contexto. «Solo pienso en términos de canciones cada vez, no sé ni siquiera si tengo alguna influencia en la escena o en la propia industria, lo que sé es que todavía me emociona escribir nueva música porque todavía es algo que me vuelve loco», afirma.

En cuanto a si considera que los actuales son malos tiempos para el rock and roll en sentido amplio, el músico lo niega porque cree que «siempre hay una audiencia para la buena música, no importa de qué tipo o estilo, sea rock u otra cosa».

En este punto, Isaak defiende el criterio popular del público porque, a su entender, «a la gente se le da muy bien elegir a sus ídolos porque fue la gente la que eligió a Elvis, a los Beatles o a Frank Sinatra porque su música les hace sentir bien».

DISCOS NAVIDEÑOS Y VERSIONES

Isaak, que ha publicado hasta la fecha 13 discos y tres álbumes en directo, lanzó su último trabajo a finales de 2022, un disco navideños de villancicos compuestos por él mismo, un género que, junto con el de las versiones, ha frecuentado en su carrera.

En cuanto a si trabaja ya en un nuevo cancionero de rock and roll al uso, este californiano afincado en San Francisco explica a Eueropa Press que su casa y su cabeza siempre están llenas de ideas y de grabaciones para el siguiente disco. Solo me falta elegirlas».

Lo que ocurre, añade es que, le encanta ir de gira y tocar en directo, aunque reconoce que «cantar en el estudio o en casa también es algo que le divierte. «Siempre es emocionante porque ves cómo vas aprendiendo algo sobre la canción a medida que avanzas con ella y sobre lo que se te ocurre mientras la cantas o le das forma».

Isaak define su proceso de composición como «un viaje, como una montaña rusa inesperada». «Algo que me encanta de mi trabajo» precisa.

Preguntado por cómo serán los conciertos de esta gira europea, Isaak asegura que van a intentar tocar las canciones que le gustan a la gente, «a nuestra audiencia, aunque siempre depende del público y de cada noche que toquemos unos temas u otros». «Estamos de camino, con nuestros trajes a juego y listos para divertirnos. Parecemos hasta profesionales», bromea.

GUITARRA ROBADA

Isaak dio su última gira amplia por España en 2010 y precisamente dentro de aquel tour, en el marco del Azkena Rock Festival de Vitoria, le fue sustraída a su guitarrista, Hershel Yatovitz, una guitarra de gran valor tras el concierto.

Se trataba de un modelo único, una guitarra eléctrica Skyway, prototipo sin número de serie, por el que ofrecieron 2.000 euros a cambio de información sobre su paradero.

Preguntado por si llegaron a recuperarla, el músico recuerda la anécdota pero lamentablemente, no volvieron a saber de ella. «Dejamos aquella noche que alguien se dejara llevar tanto por la música que decidió llevarse también la guitarra a su casa. Nunca la recuperamos, aunque sigo con la esperanza».

Para Isaak, robarle la guitarra a un músico es como «robarle un perro a su dueño. Te lo puedes llevar, pero nunca será tuyo». En todo caso, prefiere bromear y pensar que, como reza un dicho en inglés, «ya sabes, los perros te ladran, pero la caravana sigue rodando!», concluye.

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