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Un estudio reciente ha examinado la relación entre patrones dietéticos previos al diagnóstico de cáncer de mama y la supervivencia de estas pacientes.

 

El estudio lo han liderado científicas del Grupo de Investigación en Nutrición y Cáncer del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), ubicado en Hospitalet de Llobregat y que forma parte de la institución CERCA de la Generalitat de Cataluña. También han participado especialistas del Instituto Catalán de Oncología (ICO).

 

El estudio se ha publicado en la revista académica British Journal of Cancer.

 

El equipo de investigación ha examinado la relación entre patrones dietéticos previos al diagnóstico de cáncer de mama y la supervivencia de las pacientes. El estudio se ha realizado a partir de una cohorte europea que incluye a 13.270 mujeres con cáncer de mama procedentes de 9 países diferentes y a las que se les ha hecho un seguimiento con una duración, en promedio, de nueve años después de su diagnóstico.

 

A partir de la información sobre dieta recogida en el estudio EPIC (por las siglas del inglés European Prospective Investigation in Cancer and Nutrition, se han calculado tres patrones dietéticos que están relacionados con mecanismos biológicos decisivos en el cáncer de mama: los niveles de estrógenos, la resistencia a la insulina, y la inflamación crónica de bajo grado. Posteriormente, se ha analizado la relación entre cada uno de estos patrones de dieta y la supervivencia tras el cáncer de mama.

 

El patrón de dieta que se asocia con menor riesgo de diabetes, también llamado “dieta antidiabética”, se define por ser rico en fibra, café, frutos secos, grasas saludables, fruta entera con bajo índice glucémico, poco consumo de grasas trans, bebidas azucaradas, zumos y carne roja y procesada. Los resultados observados indican que aquellas mujeres que seguían una dieta más antidiabética, antes de ser diagnosticadas de cáncer de mama, presentaban una supervivencia un 22% superior a la de las mujeres que seguían dietas más prodiabéticas. En cambio, las mujeres que seguían dietas más proinflamatorias antes del diagnóstico (ricas en carne, productos azucarados y grasas), presentaban una supervivencia un 6% inferior en comparación con las mujeres que seguían dietas más antiinflamatorias. Por otra parte, aquellas mujeres que tenían una dieta con características de los patrones antidiabético y antiinflamatorio (más consumo de vegetales, frutas, legumbres, frutos secos, pan integral, pescado, yogur, café y té), tenían un incremento del 17% en la supervivencia después del diagnóstico, en comparación con las que seguían patrones de dieta opuestos (prodiabéticos y proinflamatorios).

 

“Este estudio, y los datos que se pueden extraer de él, aportan evidencias de que la adhesión a una dieta antidiabética y antiinflamatoria podría mejorar el pronóstico de las mujeres que han sufrido un cáncer de mama”, explica Carlota Castro-Espin, investigadora del IDIBELL y del ICO, así como coautora de la investigación.

 

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Carlota Castro-Espin. (Foto: IDIBELL)

 

“Por tanto, esto puede ayudar a definir recomendaciones dietéticas específicas para estas pacientes, que, en estos momentos, no existen», argumenta Castro-Espin. «Sin embargo, son necesarios estudios adicionales que examinen otros patrones de dieta y especialmente estudios dónde se evalúen programas de intervención nutricional en supervivientes de cáncer de mama para poder establecer estas recomendaciones”. (Fuente: IDIBELL)

 

 

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