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El análisis de muestras de ADN del banco genético impulsado por el Gobierno valenciano ha permitido identificar a dos parejas de hermanos que fueron robados durante la época del franquismo, dos mujeres que desconocían la existencia de la otra, pero tenían sospechas de haber sido robadas, y de un hermano y una hermana. Así lo han anunciado este miércoles la consejera de Participación, Transparencia, Cooperación y Calidad Democrática, Rosa Pérez Garijo, y la responsable del Servicio de Secuenciación del instituto de investigación sanitaria y biomédica Fisabio, Llúcia Martínez.

La localización de los hermanos ha sido posible gracias a la puesta en marcha de un banco de identificación genética, al que acuden personas con sospechas de ser un bebé robado y al que también se acude para identificar restos humanos de las fosas comunes. Tal como ha señalado la consejera, la Generalitat Valenciana es la primera administración pública que lleva adelante esta iniciativa aunque, según ha dicho, este modelo de banco genético debería extenderse por todo el país de manera que “permita el cruce de datos entre comunidades autónomas y aumente las posibilidades de que los familiares puedan reencontrarse”.

De momento, los informes de los cuatro casos detectados son provisionales pero, según explicado la consejera Pérez Garijo, la intención es que, una vez sean definitivos, se notifiquen a la Fiscalía porque, a su entender, el delito, en este caso, no ha prescrito, ya que se trata de un delito continuado.

Según han explicado Pérez Garijo y Martínez, han sido analizadas 134 muestras, 91 de ellas de familiares de bebés robados y otras 43 de posibles bebés robados, lo que ha permitido establecer el parentesco de las dos parejas de hermanos, ambos del mismo padre y madre. El canal a través del que la administración ha localizado a aquellos que creen ser bebés robados son las asociaciones creadas para la búsqueda de familiares. Por eso, la consejera ha hecho un llamamiento a quienes tengan “dudas o certezas” para que acudan a ellas y organizar las recogidas de muestras “para hallar el parentesco después de demasiados años de espera y lucha para aportar luz a delitos de lesa humanidad”.

Las muestras recogidas quedan almacenadas en el Biobanco para la Investigación Biomédica y en Salud Pública de la Comunidad Valenciana (IBSP-CV). Según ha explicado la responsable del Servicio de Secuenciación de la Fundación Fisabio, “la Comisión Nacional para el Uso Forense del ADN recomienda disponer del ADN de los dos padres o en su defecto del mayor número de familiares posible para hacer posible la identificación”. En el caso de identificación de familiares, según ha explicado también Martínez, se realizan técnicas de secuenciación masiva y el análisis de marcadores genéticos.

Rosa Pérez Garijo ha destacado el “trabajo importante” que se ha realizado desde el Gobierno valenciano a favor de la Memoria Democrática, que ha permitido que un 66 % de las fosas sean abiertas o realizar un catálogo de lugares de la memoria. También ha subrayado el “ejemplo” del Gobierno argentino, país donde se calcula que hay 500 niños y niñas “apropiadas” y donde las Abuelas de la Plaza de Mayo trabajan en su búsqueda con las instituciones públicas y judiciales.

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