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Se ha ido «sin hacer ruido», tal y como era su deseo. Sin velatorio ni entierro público. El mundo de la ópera llora a su última diva, la mezzosoprano española Teresa Berganza, fallecida, el viernes, a los 89 años.

Durante sus 58 años sobre los escenarios puso en pie a la Scala de Milán, la Ópera de Viena, el Covent Garden de Londres o el Metropolitan de Nueva York. Su carrera fue reconocida con numerosos premios. En España, además de lograr el Príncipe de Asturias de las Artes y el Premio Nacional de Música, fue la primera mujer en ser miembro de la Academia Real de Artes.

Después se dedicó a la docencia musical. El consejo para sus alumnos: «trabajar, trabajar y trabajar»

Su voz brilló en ‘Las bodas de Fígaro’, ‘El barbero de Sevilla’ o ‘La Cenicienta’ y siempre será considerada la mejor ‘Carmen’ de Bizet de la historia.

Su mayor aspiración: ser recordada por haber «hecho felices» a quienes la escucharon.

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