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  • Enrique Arce (Arturo Román en la serie de Netflix) cayó a los infiernos de las drogas y el alcohol entre los 25 y 32 años, tras ‘Periodistas’


  • “Dilapidé mi fama saliendo, bebiendo y conquistando mujeres. Hasta que toqué fondo y pedí ayuda»


  • Su historia, que ya reflejó en una novela, podría convertirse en película. Ahora viene de rodar con Mel Gibson

La casa de papel, la serie española más famosa en el mundo, ha estrenado su quinta y última temporada en Netflix en medio del revuelo internacional de sus fans.

El título de la ficción sobre un grupo de atracadores lidera las tendencias en redes sociales desde primera hora del viernes, junto a varios nombres de sus protagonistas. Entre ellos el de Arturo ‘Román’ (“Arturito”), que comenzó como un rehén secundario, pero ha ido ganando popularidad hasta convertirse en el más odiado de la serie, y también uno de los favoritos. El motivo, su debilidad en la primera y segunda temporada, su egoísmo en la tercera y su deriva a acosador en la cuarta entrega. 

Enrique Arce cuenta que ha llegado a sufrir amenazas de muerte en Instagram por este trabajo, como le pasa a otros «villanos» de series, aunque ya ha aprendido a no darle importancia. 

Su caída en el alcohol y las drogas tras la fama de ‘Periodistas’

A lo largo de todas las entrevistas que ha dado por La casa de papel, el actor valenciano de 48 años ha contado su caída a los infiernos entre los 25 y 32 años, una etapa de alcohol, drogas y excesos que sufrió por la fama mal gestionada que le vino tras participar en Periodistas y Compañeros (2000-2002), las series que le dieron a conocer.

Arce reflejó este drama personal en la novela La grandeza de las cosas sin nombre que publicó en 2018, después de la primera temporada de La casa de papel, pero antes de la locura que supuso el salto de la serie de Antena 3 a Netflix.

Un libro “interior” y semibiográfico que escribió años antes, en una época en la que vivió en Londres, cuando tenía 27 años, sin proyectos, motivación y lejos de su familia.  Un momento en el que estaba pasando por una “trasformación interior, una epifanía”, recordó después.

El protagonista de su novela es su alter ego, Samuel Palacios. Un exitoso actor de Broadway que regresa a España, derruido por el alcohol y otras adicciones. Una noche recibe la llamada de su padre, del que no sabía nada durante los últimos 33 años, y ahí comienza el viaje de retorno a su país natal y a los recuerdos de la infancia.

Enrique Arce, Arturo en 'La casa de papel' (Netflix)

Enrique Arce, Arturo en ‘La casa de papel’ (Netflix)Cordon Press

“Dilapidé mi fama saliendo, bebiendo y conquistando mujeres”

El libro está inspirado en su vida, que no ha sido un camino de rosas, tal y como relató: «Me llegó la fama muy joven, estaba en una relación de pareja y me casé muy pronto, hice demasiadas cosas antes de tiempo, quería correr demasiado y como no me sentía lleno, pues toda esa fama la dilapidé en salidas de noche, bebiendo, usando mi fama para conquistar mujeres, y todas esas cosas que son horribles de decir, pero que son parte de mí y eran muy legítimas porque tenía 27 años. Era muy bebito», confesó durante una entrevista con el programa Teleshow. «Cosas que me llevaban en la dirección equivocada. Me sirvió también para tocar fondo y decir: ‘Por aquí no es’”.

«Toqué fondo y dije: ‘si sigo así, me muero'»

«Recuerdo un día, el 14 de abril de 2004», contó en una entrevista con el diario Clarín. «Una especie de epifanía que tuve en Los Ángeles», donde vivió una etapa tras separarse de su mujer, Cristina. «Fue una noche muy loca… Una mezcla de sustancia muy extrañas. Tuve la sensación como de verme desde fuera, una disociación muy grande de mi cuerpo y consciencia, con un sentimiento de pena muy grande hacia mi vida. Ese fue el toque de atención. Dije: «Si sigo así me muero», comentó.

Esa noche el actor había tomado ketamina. «Te disocia. Una parte mía limpia y de buena onda vio a una cosa moribunda y fea. Dije: «¿Quién quieres ser? ¿Quieres volver a ese sillón o salir de ahí?». Estuve 72 horas sentado en el sofá sin moverme. No podía hablar, no podía comer. Era estar atrapado en el cuerpo. Podría haberme quedado ahí«, analizó Enrique.

Le ayudó la meditación, los libros de autoayuda y la fe

«Decidí que tenía que levantarme y, pasito a pasito, intentar que mi vida fuera otra cosa. Tuve un click y salí a buscar ayuda, les dije a mis amigos que los necesitaba, que quería volver a encauzar mi vida y a encontrarme». Arce lo logró a fuerza de trabajo, meditación y libros de autoayuda. También usó «hierbas medicinales, como ayahuasca o el sapo». Pero sobre todo, «mucha lectura, he leído más de, fácil, 300 libros en el área de mejoramiento espiritual». «He hecho coaching a amigos. He sacado a mi mejor amigo del alcohol y de la coca», cuenta el actor, que asegura que esta experiencia le hizo acercarse a Dios y ser creyente desde entonces.

Arce decidió “tomar otro camino” y “echar a andar en la dirección opuesta, que terminó trayéndole “toda esta bonanza y felicidad interior” que siente ahora, no solo en lo personal sino también en lo profesional con el éxito de La casa de papel. Su personaje de Arturo le ha dado una popularidad mundial que hace que le reconozcan en todos los países y le ha llevado a trabajar en Reino Unido (BBC), Polonia o Francia, donde ha rodado una película recientemente con Mel Gibson.

“La fama me vuelve en el momento oportuno, después de darme la gran hostia”

Arce reconoció que «es lícito equivocarse con veintitantos años”, como le ocurrió a él, pero ya con 48 uno tiene que tener las cosas más claras”.

El actor celebra que el fenómeno de La casa de papel “haya pasado cuando ‘yo ya tenía el culo pelado’. Ya no estaba para tonterías y estoy muy agradecido de que todo esto haya llegado a esta edad, lo he cogido con más madurez, después de haberme pegado la gran hostia«.

Enrique Arce, en su papel de Arturo Román en 'La casa de papel'

Enrique Arce, en su papel de Arturo Román en ‘La casa de papel’Netflix

Ahora está más preparado para digerir su fama actual. “De alguna manera el haber tocado fondo y transitado por esa oscuridad es lo que me llevó a la luz. Seguramente mi hígado y mis pulmones te digan lo contrario, pero a nivel coco creo que era necesario pasar por ahí. Me siento sano y me siento bien, tampoco me ha ido tan mal, pero me bailé un tango de 20 años«.

Su historia puede ser una película con el director de ‘Campeones’

La grandeza de las cosas sin nombre, que “se vendió muy bien” en España y Portugal, según contó a Europa Press, llamó la atención de Javier Fesser, el director de Campeones, el éxito español de 2018 que ganó tres Goyas y compitió por España en los Óscar de 2018, dentro de la categoría de película de habla no inglesa.

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“Quería que le pasásemos un guion porque si le gustaba, la iba a sacar adelante como película. En esas estamos”, se mostró ilusionado ante su proyecto más personal que podría acometer Fesser, que tiene en marcha tres remakes de Campeones (árabe, francés y estadounidense) y ha estrenado este verano en salas su última película, Historias lamentables, tras su paso por Amazon Prime.

El accidente en un retiro de meditación que también le cambió

Enrique Arce ha dado también recientemente otro cambio radical a su vida, tras un aparatoso accidente haciendo senderismo que le fracturó la tibia, el peroné…

Según contó a La Vanguardia, ocurrió dos meses después de rodar esta quinta entrega de La casa de papel. Entonces se vio obligado a hacer un parón en su vida y, alentado por su expareja, decidió hacer un retiro de meditación, que fue donde tuvo el accidente. Una dura experiencia que volvió a removerle por dentro. “Estuve casi dos meses tumbado y no te queda otra que revaluar tu vida, hacer un ejercicio (obligado) de introspección. Me ha ido muy bien”, celebra ahora.

Acaba de rodar una película con Mel Gibson

En ese tiempo le ofrecieron un papel secundario en On the line, película del director francés Romuald Boulanger, «un thriller del estilo de The Game [Michael Douglas]». Pensó que le sería imposible rodar, porque acababa de operarse, pero al enterarse de que Mel Gibson estaba en ella, no dudó en aceptar la propuesta. “Lo pasé mal, pero lo hice. Era muy reciente y esas fracturas son muy duras”, dice ahora, cuando ya está “muy recuperado” aunque aún cojea un poco y va para largo. En esta película comparte una escena de cinco minutos con el actor de Braveheart, al que tuvo ocasión de conocer antes: “Es muy sencillo y cercano”.

Mel Gibson, en una foto de archivo

Mel Gibson, en una foto de archivoReuters

Sus comienzos en ‘Periodistas’ y ‘Compañeros’

Enrique Arce (Valencia, 1972) cursó estudios de Derecho y Empresariales en su ciudad natal (solo le queda un año) hasta que empezó a compaginarlo con el teatro. Después se trasladó a Nueva York, donde residió cuatro años estudiando Arte Dramático en la American Academy of Dramatic Arts.

El actor se dio a conocer hace 20 años en España en la serie de Telecinco Periodistas, donde interpretó a Eduardo Cabrera en 26 episodios. Después llegarían otras series como Compañeros, Sin tetas no hay paraíso, Física o Química y Amar en tiempos revueltos.

También ha participado en obras de teatro y en películas españolas e internacionales como Memorias del ángel caído (1997), Manolete (2007) o My bakery in Brooklyn (2014) y Terminator: Dark Fate (2019).

Su ex conocida, Gemma Mengual, y su vida actual entre Madrid y Los Ángeles

En la actualidad Enrique Arce vive entre Los Ángeles, Madrid y su tierra, Valencia. Respecto a su vida sentimental, tuvo una relación conocida con la nadadora Gemma Mengual, con quien mantiene amistad, y en una de sus últimas entrevistas, en julio de 2020, dijo estar soltero desde hacía año y medio.

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