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Al contrario de lo que muchos puedan creer, el alcohol es una droga. Concretamente, una droga depresora del sistema nervioso que inhibe las funciones cerebrales. Y su consumo excesivo provoca efectos negativos en el organismo, no solo a largo plazo -como el deterioro del hígado o el desarrollo de enfermedades cardíacas- , sino también inmediatos: en función de la edad, del sexo y del tiempo de ingesta, podría conducir incluso a la muerte.
Los clásicos «juegos para beber», o algunos retos que se retransmiten a través de redes sociales últimamente, promueven una interacción con el alcohol a la que los anglosajones denominan binge drinking (consumo por atracón). La práctica, que está ampliamente normalizada entre los jóvenes -sobre todo, en edad estudiantil- consiste en ingerir la mayor cantidad de alcohol en el menor tiempo posible. Algo que, lejos de ser un juego, aumenta el riesgo a sufrir una sobredosis, también conocida como coma etílico.
¿Cómo actúa el alcohol en nuestro cuerpo?
Un atracón de alcohol se produce cuando el nivel de concentración de alcohol en sangre (BAC) es igual o mayor al 0,08%. Para hacernos una idea, esta cifra podría alcanzarse en hombres al consumir 5 copas en 2 horas, y en mujeres al consumir 4 copas en el mismo rango de tiempo. Sin embargo, la forma en la que esta sustancia es tolerada por nuestro organismo depende de múltiples factores como la edad, el peso, si estamos en tratamiento con fármacos, o incluso si tenemos antecedentes familiares con problemas con el alcohol.
Imagen 3D de un hígado enfermo.
El tiempo, en este caso, juega un papel fundamental y es lo que marca la diferencia entre el consumo que produce deterioro y el consumo que pone la vida en peligro. En este sentido, cuando bebemos rápidamente, las capacidades cerebrales que controlan funciones básicas como la respiración, el ritmo cardíaco o la termorregulación comienzan a flaquear. Esto explica por qué las sobredosis van acompañadas, en ocasiones, de episodios de hipotermia.
Además, el alcohol presente en la sangre no desaparece en el mismo momento en el que se frena el consumo: el hígado tan solo es capaz de metabolizar 0,12 g/l de alcohol en sangre cada hora, con lo cual el proceso de eliminación (dependiendo del alcohol consumido) podría llegar a finalizarse incluso 19 horas después.
¿Cuál es el peligro de sufrir una sobredosis de alcohol?
La sobredosis de alcohol se da cuando se ingiere una cantidad de alcohol superior a la que el hígado es capaz de metabolizar. Al superar el 0,08% de BAC, los efectos de relajación y extroversión pasan a convertirse en pérdida de reflejos y lagunas mentales y, en el peor de los casos, en la inhibición de las funciones vitales.
Cuando se sobrepasa el 0,2-0,3% de BAC, uno de los síntomas más frecuentes es la pérdida de conciencia o el desmayo. Y es un error creer que esta fase de «sueño» hará pasar los efectos del alcohol. Al contrario: una de las causas de muerte por sobredosis se relaciona con perder el reflejo básico de la náusea y asfixiarse con el propio vómito.
En caso de intoxicación, ni el café con sal, ni las duchas frías ni las caminatas servirán para eliminar el alcohol en la sangre, por mucho que así lo dicten las creencias populares. De hecho, los expertos indican que estas técnicas podrían incluso empeorar la situación. Las sobredosis por alcohol no son distintas a las producidas por otras drogas.
Aunque el alcohol no tiene ningún beneficio, el consumo moderado en personas sanas no supone un gran riesgo a corto plazo para la salud. Sin embargo, el binge drinking -que en España practican el 27,9% de los jóvenes de entre 14 y 18 años al menos una vez al mes, según los últimos datos del Ministerio de Sanidad- es un hábito que puede resultar en daños permanentes para el cerebro. Y sí, también puede ocasionar la muerte.
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