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Karim Zabihullah Karimulah, uno de los refugiados afganos de mayor relevancia en España, en la redacción de leonoticias a su paso por León / J.M MENDOZA

El ex fiscal general del Estado de Afganistán lamenta la considerable pérdida de derechos humanos en el país dirigido ahora por los talibanes: «Las mujeres no pueden ir a trabajar o a la escuela»

La vida de Karim Zabihullah Karimullah cambió por completo el 15 de agosto. Los talibán tomaron Kabul y tanto él, fiscal general del Estado de Afganistán, como su esposa y sus cuatro hijos temían lo peor.

Él pudo trasladarse a España cuando los talibán tomaron el poder. No contaron con tanta fortuna los siete juristas que han sido asesinados, según relata.

Protegido desde hace casi dos meses en su nueva residencia, ya se atreve con el español tras recibir algunas clases y espera poder cursar el grado de Derecho. Sus cuatro hijos pequeños también se adaptan a esta nueva etapa, planteada «a largo plazo» ante la inestabilidad en su país de origen.

«Fue un hecho realmente inesperado, un día antes ni siquiera lo habríamos pensado», afirma el abogado afgano en Leonoticias. Pese al avance de los talibán, nunca pensó «que el gobierno colapsaría».

Nada más lejos de la realidad. Los talibán tomaron el poder y, con ello, « liberaron de las cárceles a todo tipo de criminales: mafias de las drogas y los terrenos y no sólo miembros talibanes, también otros muchos procesados del Daesh».

En una entrevista concecida a leonoticias, la primera que realiza un refugiado de estas características internacionales, asegura que aún le cuesta encontrar las causas principales de la irrupción de los talibán. «Los americanos negociaban con ellos pero no estaba involucrado el gobierno afgano. En dos semanas han tomado distrito tras distrito y no lo puedo asumir», apunta, tras veinte años en los que «no lograron el control de ni una sola provincia, los afganos son los que se defendieron». El ex fiscal general se queda sin respuestas y desconoce «cómo lograron controlar todo el país».

La situación, «totalmente fuera de control», hizo que «fuera difícil mantener la calma», reconoce. «Por suerte no hubo ninguna guerra pero no hay nadie al mando», afirma, mientras recuerda los días previos a su evacuación.

Días trágicos en Kabul

«Un enorme número de personas intentaron de forma desesperada dejar el país a través de las fuerzas internacionales, de Estados Unidos y otros países, que intentaron evacuar gente», afirma Zabihullah, con el amargo recuerdo de «mucha gente que perdió la vida esos días».

Su salida, el pasado 23 de agosto, se fraguó gracias a la ayuda de la organización ’14 Lawyers’. « Algunos amigos en España me contactaron, hablé con las autoridades y su esfuerzo dio sus frutos, me llevaron de casa al aeropuerto y, de ahí, hasta Madrid».

El padre de Karim murió en la guerra contra la Unión Soviética cuando él tenía cinco años y temía que su hijo, actualmente con la misma edad, perdiese también a su progenitor.

«Las mujeres no pueden ir a trabajar»

El jurista afgano elogia a su homóloga española, la Fiscal General del Estado, Dolores Delgado, a la que considera clave en su rápida evacuación. «Me ha prometido que nos ayudará a evacuar a más trabajadores de la justicia afgana, le dije que estaban en peligro y contestó que el gobierno español hará todo lo que pueda», añade, sobre su reunión con la Jefatura Mayor del Ministerio Fiscal de España.

Con su llegada a España, Zabihullah Karimullah inicia una nueva etapa aunque se resigna ante lo que deja atrás en su Afganistán natal.

«No es una buena sensación para nadie, ahora las mujeres no pueden ir a la escuela o a trabajar, nosotros, por ejemplo, teníamos un 23% de mujeres procuradoras en plantilla», sentencia el abogado.

Desde su nueva residencia, se le antoja complicado intuir el futuro del país: «Los talibán están llegando a una serie de acuerdos, como con Doha, tenemos la esperanza de que que esto llegue a un resultado positivo, a un gobierno inclusivo», espera, y añade que anhelan «representación en la comunidad internacional».

Reclama, precisamente, a Europa o Estados Unidos una petición que es también «la de miles de afganos» y que pasa porque « les presionen para que cumplan con los derechos humanos y dejen a las mujeres volver a sus trabajos o a las escuelas».

En España, afronta una nueva etapa en su vida tras lograr escapar: «Me gusta la cultura, la gente, me encanta el español, espero aprender mi tercera lengua internacional y estoy cerca de mi país y de Oriente Medio», afirma un Zabihullah Karimullah «feliz», también por la llegada de 280 colaboradores afganos a Torrejón entre el lunes y el martes, ya que «las vidas de muchas familias están bien».

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