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Bien por su potencia visual, por el momento en que fueron tomadas o por lo que llegaron a significar, algunas imágenes pasarán a la historia de la Humanidad como lo han hecho algunas de las mejores obras de la literatura universal. 

Una de estas imágenes es sin duda la conocida como «la canica azul», una fotografía de la Tierra tomada el 7 de diciembre de 1972 a una distancia de 29.000 kilómetros de nuestro planeta por la tripulación de la nave espacial Apolo 17, la última misión del ambicioso programa de la NASA que llevó al hombre a la superficie de la Luna. 

Entre las cosas que hacen especiales a esta imagen, se encuentra el hecho de ser una de las primeras instantáneas de la Tierra en la que se puede apreciar una de las caras del mismo en su totalidad. En ocasiones, de hecho, se ha considerado la primera en esta categoría, no obstante, antes de la canica azul una imagen de la Tierra completamente iluminada tomada por el satélite ATS-3  ya había sido utilizada 1968 por el editor estadounidense Stewart Brand en su revista titulada The Whole Earth Catalog. 

Primera fotografía en color de toda la Tierra (hemisferio occidental), tomada desde el satélite ATS-3 el 10 de noviembre de 1967
Foto: NASA

Pese a todo, la imagen promocionada por Brand, quien llegó a organizar una campaña para que la NASA publicara la imagen del globo terráqueo al completo no tuvo el impacto esperado por el editor. Hubo que esperar a la década de los años 70 para que la imagen publicada por los tripulantes del Apolo 17 durante un momento de gran efervescencia del activismo ambiental, se convirtiera en un símbolo de la fragilidad, vulnerabilidad y aislamiento de nuestro planeta. «Un punto pálido azul que no podría parecer de gran interés, pero que para nosotros es diferente: es nuestro hogar», según expresó Carl Sagan. 

«The blue marble» es una de las imágenes más publicitadas e influyentes desde su lanzamiento, particularmente en la defensa de la protección del medio ambiente.

La fotografía conocida como la canica azul fue designada oficialmente por la NASA como AS17-148-22929 y es la tercera de una serie de imágenes casi idénticas recortadas y ajustadas cromáticamente. Según los datos de la agencia americana, fue tomada a las 11:39 (hora española) del 7 de diciembre de 1972, 5 horas y 6 minutos después del lanzamiento de la misión Apolo 17;  1 hora y 54 minutos más tarde de que la nave espacial dejara su órbita de estacionamiento alrededor de la Tierra para iniciar su trayectoria hacia la Luna. 

El autor de la imagen, hoy aún desconocido, utilizó una cámara Hasselblad de 70 milímetros con una lente Zeiss de 80 milímetros. A la vista queda que tuvo que ser uno de los 3 astronautas del Apolo 17 quien la tomara, sin embargo, dado que la NASA suele acreditar las fotografías a todos los tripulantes de la misión y que estos siempre han evitado responder de forma rotunda a la pregunta de quien la tomó, su autoría a día de hoy sigue siendo desconocida. 

 

 

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