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Durante el apogeo de la última glaciación, hace unos 26.000 a 19.000 años, los habitantes del norte de Europa huían del frío al igual que los jubilados que acuden a la Costa del Sol en la actualidad. 

Un equipo de investigadores de diversas partes del mundo ha examinado el ADN antiguo de seres humanos en diversos lugares arqueológicos situados en Andalucía, al sur de España. El análisis de los genomas de 116 individuos recientemente secuenciados ha permitido obtener la descripción más detallada hasta la fecha de los grupos de cazadores-recolectores que habitaron en Europa antes, durante y después de la última Edad de Hielo.

Lo que sugieren los datos, desglosados en dos estudios distintos publicados en la revista Nature, es que la Península Ibérica fue un refugio para cazadores-recolectores cuando el clima se enfrió y los glaciares se instalaron en el norte de Europa. 

Recreación artística de un cazador recolector de la cultura gravetiense.
Tom Bjoerklund

Recreación artística de un cazador recolector de la cultura gravetiense.

Anteriormente se creía que cuando comenzó la glaciación, los humanos migraron en grandes cantidades hacia el sur. Se pensaba que los Pirineos y los Alpes habían actuado como barreras de hielo que protegieron a los que ya se encontraban dentro de la península ibérica e Italia, dejando afuera a los demás. Sin embargo, los datos genéticos actuales revelan que las poblaciones humanas en Italia se extinguieron por completo, así que Iberia fue el único reducto de la Edad de Hielo en Europa.

Los datos también sugieren otras dos ideas que contradicen en parte la concepción que se tenía de este período. Primero, que estas poblaciones se desplazaban a menudo y que estos desplazamientos no respondían solo a criterios culturales, sino climáticos. Y segundo, que algunas partes de Europa no eran tan inhóspitas durante el período más frío de la Edad de Hielo.

El difícil proceso de obtención del ADN

Una vez que un organismo muere, su ADN sólo se mantiene intacto por un tiempo limitado y bajo ciertas condiciones climáticas favorables. Para los investigadores, extraer ADN de restos antiguos en climas cálidos y secos es un gran desafío, como los del sur de la Península Ibérica, fue todo un desafío. 

Por ello, este nuevo estudio ha logrado llenar importantes vacíos temporales y espaciales, lo que ha permitido a los investigadores explorar directamente el papel del sur de la Península Ibérica como refugio para las poblaciones de la Edad de Hielo y los posibles contactos de población a través del Estrecho de Gibraltar durante la última Edad de Hielo, cuando los niveles del mar eran mucho más bajos que en la actualidad.

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