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Cada vez resulta más obvio que la sonrisa tiene un valor inesperadamente alto a la hora de identificar personas, tanto vivas como muertas. A un estudio que abrió camino en su momento en cuanto al uso de la sonrisa para identificar personas vivas, se le suma ahora otro que presenta una nueva técnica forense que permite identificar un cadáver a partir de fotos de Instagram o Facebook en las que el sujeto salga sonriendo.

 

El primer estudio mencionado lo llevó a cabo el equipo de Mila Mileva, de la  Universidad de York en el Reino Unido, y sus resultados fueron hechos públicos en 2018.

 

En aquel estudio se exploró la dificultad en identificar en una foto a un individuo que aparece en otra foto o que tenemos delante en carne y hueso. Es una dificultad bastante habitual, comprobada en investigaciones anteriores y bien conocida por todos los profesionales en cuyo trabajo cotidiano deben examinar documentos de identidad y verificar que la persona que tienen delante es la misma que aparece en la foto del documento.

 

Mileva y sus colegas comprobaron que si la persona a identificar luce una gran sonrisa, o sea mostrando los dientes, es más fácil reconocer la coincidencia cuando es la misma persona, y también percatarse de que las identidades no coinciden cuando se trata de una persona distinta.

 

Concretamente, los análisis del estudio demostraron que quienes debían comprobar la identidad de personas, mejoraban su porcentaje de aciertos en un 9 por ciento al comparar dos fotos de una misma persona si en ambas sonreía, y en un 7 por ciento al comparar dos fotos de personas distintas si ambas aparecían sonriendo.

 

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Una amplia sonrisa, que deje dientes al descubierto, ayuda a determinar si la persona que sonríe es o no es la que aparece, también sonriendo, en otra foto. E incluso puede ser de utilidad para identificar cadáveres. (Foto: University of York)

 

En el nuevo estudio, un equipo internacional, que incluye a científicos de la Universidad de Granada (UGR) en España, ha comprobado la gran utilidad del análisis del perfil de los dientes anteriores, que son los que se ven cuando una persona sonríe.

 

La ventaja de esta técnica, en el marco de la antropología forense, es que permite poder acceder a los datos antemortem aportados por los familiares, como las fotos que la persona fallecida publicó en sus redes sociales antes de morir.

 

La morfología de los dientes puede ser un rasgo individualizante si se tienen en cuenta características como el tamaño, la presencia de diastemas, de torsiones dentales, etc. A pesar de ofrecer resultados menos confiables que los recogidos en los protocolos internacionales, esta técnica tiene la ventaja de poder usar los datos antemortem que la persona fallecida publicó en sus redes sociales, como Instagram o Facebook, antes de fallecer.

 

Otro aspecto abordado en esta nueva investigación es el análisis de la distorsión provocada en las imágenes al utilizar objetivos de diferente distancia focal. Los resultados obtenidos sin duda abren vías alternativas de identificación de personas desaparecidas o fallecidas en contextos de vulneración del Derecho Internacional Humanitario recogido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

 

Una de las líneas de investigación que se viene desarrollando en el Área de Antropología Física de la UGR tiene como objetivo desarrollar métodos de identificación humana alternativos a los recogidos en los protocolos internacionales. En la actualidad, los únicos métodos reconocidos son los que se basan en la dactiloscopia (huellas dactilares), la odontología y la genética. Sin embargo, son muchos los contextos en los que no se pueden utilizar, ya que en no pocas ocasiones las personas desaparecidas o fallecidas proceden de entornos socioculturales y/o países en los que no existen bases de datos de huellas dactilares, o no hay recursos para obtener odontogramas o perfiles de ADN.

 

Como explican las autoras del nuevo estudio, “identificar es comparar, por lo que se necesita tener datos antemortem y postmortem. En estos contextos, se están buscando métodos alternativos que permitan analizar recursos fáciles de obtener por parte de los familiares (datos antemortem) con aquellos recogidos en las personas o cadáveres de los fallecidos/desaparecidos (postmortem).

 

Este trabajo abre por tanto un amplísimo abanico de posibilidades para identificar a una persona, ya que vivimos en la era de la comunicación y de compartir nuestras imágenes, por lo que el uso de las redes sociales ha trascendido a nivel global.

 

La autora principal de esta investigación es Melania Mazur, de la Sección de Huellas Dactilares y Antropología Forense del Departamento de Criminalística del Instituto de Investigación Forense en Cracovia (Polonia), con la colaboración de Katarzyna Górka, investigadora del departamento de Antropología (Instituto Hirszfeld de Inmunología y Terapia Experimental de la Academia Polaca de Ciencias de Breslavia) e Inmaculada Alemán, catedrática del departamento de Medicina Legal, Toxicología y Antropología Física de la Universidad de Granada, en España. (Fuente: UGR / NCYT de Amazings)

 

 

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