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Los saurópodos se cuentan entre los dinosaurios más espectaculares que existieron, gracias a su enorme cuello. En este grupo hay una especie que destaca por su cuello anormalmente largo incluso entre los saurópodos: el Mamenchisaurus sinocanadorum, cuyo cuello podía llegar a medir tanto como el resto de su cuerpo.

Un grupo de científicos ha realizado un nuevo estudio sobre las dimensiones que podía alcanzar este titán prehistórico, lo cual plantea nuevas preguntas sobre cómo podía sostener su monstruoso cuello.


Un gigante jurásico

El Mamenchisaurus sinocanadorum es la especie de mayor tamaño del género Mamenchisaurus, un tipo de saurópodos que vivieron a finales del Jurásico en lo que hoy es China; y entre todas ellas, es la que tiene un cuello más largo en comparación con el cuerpo: este podía llegar a medir hasta 15 metros, la mitad de la longitud total del dinosaurio.

“Realmente no tenemos ni idea de cómo habría funcionado mecánicamente este animal”, dice el autor principal del estudio y experto en dinosaurios del Museo de Historia Natural de Londres, Paul Barret. “Harían falta un montón de músculos para sostener un cuello de ese tamaño, y luego está la cuestión de cómo hacía circular el aire hacia los pulmones y de nuevo hacia arriba. Esto podría apoyar la teoría de que esos cuellos eran una característica seleccionada sexualmente, puesto que solo los dinosaurios más fuertes podían sostener esos cuellos gigantes y exhibirlos para poder aparearse”.

Comparativa de tamaño entre las especies del género Mamenchisaurus
Steveoc 86

Comparativa de tamaño entre las especies del género Mamenchisaurus.

El secreto de los enormes cuellos de los saurópodos estaba en sus vértebras, que eran alargadas y muy ligeras, con cámaras de aire en su interior como las de las aves actuales. Sus cráneos eran muy pequeños y ligeros porque engullían el alimento sin masticarlo, por lo cual no necesitaban ciertos huesos y músculos destinados a la masticación.

Todo esto hacía que las vértebras tuviesen que soportar un peso comparativamente bajo en relación al tamaño del cuello; además, estaban rodeadas por una estructura de tendones y ligamentos que distribuía la tensión que soportaban, y que daba como resultado un cuello muy flexible.

La nueva imagen del Mamenchisaurus sinocanadorum

Hasta ahora se ha encontrado solamente un esqueleto incompleto de Mamenchisaurus sinocanadorum, formado por huesos de la parte frontal del cuello, entre ellos parte del cráneo y una costilla. La falta de un esqueleto más completo hacía difícil hacerse una idea del tamaño real de este dinosaurio, hasta que en 2012 se descubrió – también en China – una nueva especie de saurópodo gigante llamado Xinjiangtitan, pariente cercano del Mamenchisaurus, con un cuello completo. Los autores del estudio usaron este cuello para recrear el del dinosaurio incompleto.

El cálculo se hizo comparando la proporción entre los huesos del cuello del Xinjiangtitan. A partir de los cálculos se obtuvo un factor que luego se aplicó al esqueleto parcial de Mamenchisaurus. Así fue como se pudo reconstruir virtualmente la longitud aproximada del cuello de este último, además de otras características del mismo.

Así dedujeron que estos animales podían llegar a tener cuellos de hasta 15 metros, lo cual suponía aproximadamente la mitad de la longitud total del cuerpo. Esta característica es propia de toda la familia de los mamenquisáuridos, entre los cuales se encuentra también el Xinjiangtitan.

Además del dilema sobre cómo sostenían mecánicamente tales cuellos, otra cuestión es para qué los necesitaban. Paul Barrett sostiene que podrían haber tenido varias funciones, entre las cuales la exhibición sexual.

Pero su razón principal parece guardar relación con su alimentación, aunque no del modo que a menudo se asume: más que para alcanzar las alturas de los árboles, los cuellos largos y flexibles de los saurópodos les permitían alcanzar todas las cotas de la vegetación y además llegar a los árboles circundantes, lo cual les permitía acceder a mucha comida desde un mismo lugar sin tener que moverse constantemente. Esto reducía su consumo de energía, algo muy importante para unos animales que podían llegar a engullir media tonelada de hojas al día, por lo que necesitaban comer mucho y rápido.

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