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La agricultura comenzó de repente hace unos 12.800 años. Curiosamente, en esa misma época un cometa cayó fragmentado a la Tierra según todos los indicios.

 

La conclusión a la que se ha llegado en un estudio reciente sobre esa coincidencia es que las explosiones que esos trozos de cometa generaron en la atmósfera terrestre, y los cambios ambientales que provocaron, obligaron a los cazadores-recolectores del asentamiento prehistórico de Abu Hureyra, en lo que hoy es Siria, a adoptar prácticas agrícolas para aumentar sus posibilidades de supervivencia. Este asentamiento alberga pruebas de la transición más antigua conocida desde el estilo de vida de los cazadores-recolectores al de los agricultores.

 

Este estudio, realizado por un equipo internacional, sigue las pistas vinculadas a la hipótesis del impacto de Younger Dryas.

 

Hace unos 12.800 años, tuvo lugar una miniera glacial, una etapa un tanto extraña a la que se conoce como Periodo Younger Dryas (o Dryas Reciente) y que corresponde a un evento brusco de enfriamiento y sequía que coincidió con la extinción de cuantiosos mamíferos de gran tamaño corporal, incluyendo al mamut lanudo. En América del Norte, que sufrió los peores efectos de esa miniera glacial, grandes animales, incluyendo mastodontes, camellos, perezosos gigantes (que vivían en el suelo en vez de en los árboles), y tigres dientes de sable, desaparecieron. Los humanos que cazaban a bastantes de esas bestias, subsistiendo en buena parte de su carne, y que eran integrantes de lo que los arqueólogos conocen como la Cultura Clovis, también sufrieron las graves consecuencias de la catástrofe, directas o indirectas, hasta el punto de que dicha Cultura Clovis como tal se desvaneció.

 

En los últimos años, ha ganado peso la hipótesis de que esa pequeña edad de hielo, las extinciones de esos grandes animales, y la desaparición de la Cultura Clovis, fueron una cadena de desastres iniciada por la citada caída de un cometa hace unos 12.800 años.

 

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Terreno agrícola. (Foto: Randolph Femmer / USGS)

 

James Kennett, profesor emérito de la Universidad de California en Santa Bárbara, Estados Unidos, argumenta, en referencia al asentamiento prehistórico de Abu Hureyra: «En esta región en general, se pasó de un entorno húmedos, boscoso y con diversas fuentes de alimento para los cazadores-recolectores, a un entorno más seco y frío. Los habitantes ya no podían subsistir solo como cazadores-recolectores, y comenzaron a cultivar cebada, trigo y legumbres». (Fuente: NCYT de Amazings)

 

 

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