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El cáncer es, en la actualidad, la principal causa de muerte en el mundo. Cada año, alrededor de 10 millones de personas fallecen debido a alguna de las enfermedades relacionadas con él y, mirando las estadísticas de cada país, las cifras solo son superadas en ocasiones por enfermedades cardiovasculares. Aproximadamente la mitad de los fallecimientos por cáncer se dan en personas menores de 70 años, lo que se consideran muertes prematuras, y muchas de estas muertes serían evitables con una prevención y tratamiento adecuados.

 

Para tratar de encontrar una visión general de las personas que sufren de cáncer, un panel de expertos ha realizado una revisión exhaustiva de todos los casos que se dieron en el mundo durante el año 2020. Gracias a los datos han podido observar cómo las desigualdades de género afectan especialmente a las mujeres que padecen algunas estas enfermedades. De los 5,3 millones de muertes en personas menores de 70 años, 2,3 fueron en mujeres. De estos casos, 1,5 millones se podrían haber evitado eliminando ciertos factores de riesgo, como el alcohol o el tabaco, y 800.000 podrían haberse tratado si hubiesen tenido mejor acceso a un sistema sanitario eficiente.

Una visión feminista del cáncer

El panel de expertos que ha realizado el estudio está formado por personas de distintos ámbitos del mundo de la investigación, como derechos humanos, economía, ciencias sociales, epidemiología y oncología. En él, han tratado todos los aspectos por los que las mujeres pueden tener un menor acceso tanto a la información relacionada con el cáncer como a la detección temprana y a los tratamientos. También cuenta con testimonios ofrecidos por mujeres de diferentes etnias y diversidad sexual, que muestran con crudeza las situaciones discriminatorias que han vivido.

Cada vez hay una mayor concienciación con estas enfermedades, especialmente en los países más desarrollados. Sin embargo, en mujeres, los chequeos se centran mayoritariamente en los conocidos como “cánceres femeninos” como pueden ser el cáncer de cuello uterino o el de mama. Esto puede provocar que otros cánceres, como el de pulmón, se revisen con menor frecuencia y, por tanto, los casos no se detecten hasta que sea demasiado tarde; una tendencia que se ha observado en los últimos años.

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