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El balance del terremoto que sacudió el sur de Turquía y Siria el lunes 6 de febrero sigue aumentando y supera las 40.000 víctimas. En este panorama de muerte y dolor, es cada vez más preocupante que el número de niños que se quedan sin familia crezca a pasos agigantados.
Las hermanas salesianas presentes en Alepo actuaron inmediatamente para ayudar a la población. Escriben:
La primera noche se alojaron 300 personas en nuestra Casa; la segunda noche había 420 y ahora, a las nueve de la noche, hay más de 500 personas que solicitan asilo. A todos les decimos: ‘Bienvenidos’, ésta es la casa salesiana, la Iglesia es la casa de Dios y es la casa de todos.
Por supuesto, es muy difícil gestionar todo este movimiento de personas, y con tantas, tantas necesidades, realmente corre el riesgo de convertirse en una tragedia humanitaria.
Os pedimos de verdad, en la medida de nuestras posibilidades, vuestra solidaridad, especialmente en la oración y el afecto por estos hermanos nuestros del pueblo sirio, que llevan ya 12 años sufriendo: guerras, persecuciones, saqueos, el coronavirus, una devaluación de la moneda a niveles increíbles y ahora este terrible terremoto.
Son personas maravillosas, que siguen adelante con una sonrisa a pesar de todas las dificultades, y con muchos gestos de solidaridad interna. Creemos sinceramente en su apoyo y ayuda, y pedimos a María Auxiliadora y a Don Bosco que bendigan a la atormentada Siria.
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