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Mo Farah celebra el oro olímpico en Río 2016.
Mo Farah celebra el oro olímpico en Río 2016.Jae C. Hong (AP)

Sir Mo Farah (39 años), el corredor de fondo y estrella británica del atletismo que ha sido campeón olímpico en cuatro ocasiones, y seis en los campeonatos mundiales, ha conmocionado a sus compatriotas británicos al revelar su verdadera historia. Durante décadas, este deportista tan querido en el Reino Unido contó cómo había abandonado Somalia a los ocho años para unirse con su padre, después de que sus progenitores tomaran la drástica decisión de enviar a Londres a tres de sus seis hijos para huir de la guerra. En un documental de la BBC titulado El Verdadero Mo Farah, el atleta ha confesado que fue víctima de un tráfico ilegal de personas y sometido a esclavitud a su llegada a la capital británica. Una desconocida lo transportó hasta su nuevo país bajo un nombre falso.

“La mayoría de la gente me conoce como Mo Farah, pero ni ese es mi nombre ni esa es la realidad. La verdad es que nací en la República de Somalilandia, al norte de Somalia, y mi nombre era Hussein Abdi Kahin. A pesar de lo que conté en el pasado, mis padres nunca vivieron en el Reino Unido”, ha confesado Farah. La república, que declaró su independencia en 1991, no tiene reconocimiento internacional.

“Cuando tenía cuatro años, mi padre [Abdi] fue asesinado en la guerra civil, y como familia quedamos desgarrados. A mi me separaron de mi madre, y acabaron trayéndome al Reino Unido ilegalmente, bajo un nombre falso”, ha narrado a la BBC.

Antes, tanto Farah como su hermano mellizo, Hassan, fueron enviados por su madre a Yibuti, para vivir con un tío. Fue allí donde apareció una mujer, que Farah no identifica, que le anunció que iba a viajar a Europa para vivir con familiares. Una vez en el Reino Unido, la familia a la que fue destinado, en el barrio londinense de Hounslpow, comenzó a explotarle laboralmente, sin darle ninguna explicación, hasta que su profesor de educación física, Alan Watkinston, le rescató y le ayudó a solicitar la ciudadanía británica bajo su nuevo nombre.

Hasta los doce años fue obligado a realizar tareas domésticas y cuidar de otros niños. Solo su llegada al colegio, y su participación en actividades deportivas, le ayudó a destacar y lograr finalmente la ayuda de alguien.

Farah reconoce ahora la necesidad de contar su verdadera historia, para poder responder con honestidad a las incesantes preguntas de sus hijos y su esposa, cada vez más confundido con las partes que no entendía. Quiere además ayuda a combatir la tragedia del tráfico ilegal de personas. Después de su confesión, ha señalado su preocupación ante su situación migratoria, en un momento en que el Gobierno británico ha endurecido los controles de fronteras y aumentado las deportaciones. El Ministerio del Interior confirmaba este mismo lunes que no habría repercusiones. “No se emprenderá ningún tipo de medida contra Sir Mo Farah, y sugerir lo contrario es falso”, ha dicho un portavoz.

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